Nuestra historia: Interpretaciones y aprendizajes
Iberoamérica
Pedro Godoy P. (21/6/2016)
Se escribe y enseña nuestra historia arrancando de la Independencia. Atrás quedan los tres siglos de la mal denominada “Colonia”´. Siempre es descrita como opresiva y oscura. La época indígena se lapida como “Prehistoria” aunque se aprende que tan dilatado lapso “se inicia con la aparición del hombre y finaliza con la invención de la escritura”. Hay testimonios de grafía azteca, maya, chibcha y hasta pascuense ¿Algún docente cuestionará eso de “Prehistoria”? Adelanto la respuesta: ninguno. Un enigma es el conformismo del magisterio en asuntos, supuestamente, de su experticia.
Ello porque quienes enseñan a infantes, adolescentes y jóvenes están nutridos no sólo de los dogmas fragmentadores, sino también de la convicción que la historia comienza al vincularnos con el Viejo Mundo. No obstante –y he aquí otra manifestación de la desubicación- se ignora la protohistoria ibérica. La explicación está en que las oligarquías lugareñas repudian tanto el ayer indígena como los ancestros peninsulares. Aunque legitiman la ruptura con