Mi Columna
Eugenio Pordomingo (3/1/2012)
Está muy generalizada la idea -se han encargado de introducírnoslo hasta en la médula espinal- de que no hay alternativa al sistema financiero actual. ¡Es la base de nuestro sistema!, se dice. Por eso cuando por mala gestión o por latrocinio -casi siempre van unidos ambos quehaceres- quiebra una entidad financiera, la columna vertebral de ese sistema, el Estado acude en su rescate. Rescate que pagamos los ciudadanos que no hemos sido culpables.