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espacioseuropeos (8/1/2007)
Un súbdito senegalés ha sido expulsado del territorio español por un periodo de 10 años, además de imponerle una multa de 3.200 euros, por vender discos “pirateados”, según una sentencia impuesta por el Juzgado de lo Penal número Uno de Motril (Granada). La sentencia de expulsión  del territorio español por un periodo de 10 años es en sustitución de la pena de un año de prisión que debería cumplir; asimismo, le ha sido impuesta una multa de 3.240 euros, por un delito “contra la propiedad intelectual”.

El súbdito senegalés fue detenido en Granada por agentes del Cuerpo Nacional de Policía cuando estaba vendiendo películas y discos de música falsificados. Los hechos ocurrieron el pasado 6 de julio.

Mientras nuestras cárceles se pueblan de delincuentes internacionales, muchos de ellos en situación ilegal en España, que  más tarde obtienen la residencia española debido a su estancia en prisión, a un trabajador de origen senegalés, se le impone el retorno obligatorio a su país, con la obligación de no pisar suelo español en 10 años. Sin duda, el poder de la SGAE (Sociedad General de Autores de España) se manifiesta en sentencias como esta.