espacioseuropeos.com (22/2/2008)
Los gobiernos de China y Rusia han acusado a Estados Unidos de promover una nueva carrera armamentista en el espacio, después de que un buque de guerra de la Marina estadounidense derribara un satélite espacial de EE. UU., dedicado a espiar. El Presidente Bush había ordenado que se derribara el satélite alegando que “podía representar un riesgo para la salud si entraba en la atmósfera terrestre”.

Para Rusia, el derribo de este satélite mediante un misil es una prueba de la capacidad anti-satélites, y que representa un “intento por trasladar la carrera armamentista al espacio”.

Según el subjefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el general James Cartwright, la destrucción del satélite espía, que estaba estropeado, y que amenazaba con caer a tierra, provocando posiblemente alguna contaminación debido a los combustibles tóxicos que portaba.

El objetivo del lanzamiento del misil era destruir –según fuentes estadounidenses- el tanque de combustible para “disipar” los 453 kilogramos de hidracina, compuesto tóxico, que puede ser nocivo para las personas.

Un misil táctico, disparado desde el crucero “Lake Erie”, desde Hawai, derribó con éxito el satélite antes de que entrara en la atmósfera terrestre.

El satélite espía pertenecía a la Oficina Nacional de Reconocimiento, una de las agencias de espionaje de los Estados Unidos.

A pesar de estas explicaciones, los gobiernos de China y Rusia consideran que ha sido una prueba encubierta de “guerra en el espacio”.