sspacioseuropeos.com (16/7/2008)
Tamim Nuristani, gobernador de la provincia afgana de Nuristán, fue cesado de forma fulminante tras haber criticado el ataque aéreo estadounidense que arrojó un saldo de, aproximadamente, 47 civiles muertos.

El gobernador de la provincia afgana de Nuristán, fue destituido pocas horas después de comentar públicamente, que el ataque estadounidense es «inexcusable», así como exigir una investigación independiente, a fin de aclarar lo sucedido y exigir, si fuera necesario, responsabilidades.

El ya ex gobernador, Nuristani, comentó que las fuerzas armadas de Estados Unidos sabían perfectamente que la población civil estaba abandonando la zona que atacaron.

Por su parte, el vicepresidente del Parlamento afgano, Burhanulá Shinwari, hizo pública la cifra de 47 civiles muertos en el ataque aéreo llevado a cabo por fuerzas estadounidenses el pasado domingo en la ciudad de Nangarhar, al este del país.

Sin embargo, Washington sólo reconoce que fueron 23 los fallecidos, todos milicianos de Al Qaeda. Un portavoz militar estadounidense confirmó que están realizando una investigación, y que de momento no podían aportar más datos: «Sólo puedo decir que cualquier pérdida de vida inocente es un hecho trágico, y que nuestras fuerzas se toman enormes molestias a la hora de impedir bajas civiles».

Manifestación que contrasta con la expresa por Shinwari, encargado de la investigación sobre ese ataque: «No había ni un talibán, y mucho menos un miembro de Al Qaeda, en varios kilómetros a la redonda respecto del lugar. En el ataque murieron 47 personas, 39 de ellas mujeres y niños».

La caravana de automóviles afganos, atacada por la aviación estadounidense, estaba integrada por los invitados a una boda.

La muerte de civiles a manos de tropas de la llamada «coalición» ha aumentado en los últimos meses, lo que ha llevado a La Cruz Roja Internacional y a varias asociaciones de Derechos Humanos, a elevar protestas ante organismos internacionales.