espacisoeuropeos.com (21/8/2008)
La situación económica española es vista por la prensa europea como catastrófica, a pesar de los constantes subterfugios del Gobierno de España, tratando de mostrar a los españoles una realidad que padecen a diario. Tanto Zapatero como su ministro de Economía Solbes, se han obstinado en negar la crisis, además de ofrecernos promesas que nunca se cumplen.
Periódicos como «Libertaion», «La Tribune» o «The Economist», estiman que la economía española esté en «bancarrota», como «The Economist». Para este diario, España tienen «un montón de viviendas por vender (…) Construcciones a medio terminar y casas vacías se han convertido en monumentos del drama económico que vive España».
El periódico británico profundiza en su análisis: «Las tradicionales vacaciones estivales españoles también se han visto trastocadas. El mes de agosto, generalmente tranquilo, fue interrumpido esta semana cuando el presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, convocó un gabinete de urgencia para discutir las maneras de afrontar el declive económico (…) el paro alcanzó el 10,4 %, la inflación subió al 5,3 % , cifra que no se registraba desde hacía quince años, y el crecimiento del PIB se atascó».
«The Economist» mantiene que «El problema de España no es que esté sufriendo más que otros países europeos, sino que antes estaba haciendo las cosas mucho mejor que los demás».
Por su parte, «La Tribune», afirma en tono burlesco que «la fiesta en España ha terminado». Pero ha sido el diario «Libertaion», quizás, el más duro de todos. Así, bajo el titular de «Los pilares del milagro económico español se han hundido», afirma que después de «haber conocido una insolente vitalidad, el consumo se hunde», lo que muestra de forma palpable que «la confianza del consumidor está en su nivel más bajo desde hace diez años (…) después de haber sido una de las locomotoras europeas desde mediados de los años noventa, España sufre revés tras revés».
Por otro lado, las empresas extranjeras en España empiezan a acusar los efectos de este desastre. Un ejemplo, es el de las compañías estadounidenses afincadas en nuestro país, que suponen un 7 por ciento del PIB.
Ante la grave situación de la economía española, los sindicatos permanecen sordos, mudos e invidentes, como si no pasara nada. La verdad es que ellos no padecen la crisis, pues se mantienen y sostienen de la «teta del Estado» como nunca nos cansaremos de repetir. Son el colchón, el amortiguador de las quejas y protestas de los ciudadanos. ¿Para cuando una huelga general, señores José María Fidalgo y Cándido Méndez?