Aquilino Tejedo (29/9/2008)
En círculos diplomáticos iberoamericanos se difunde, confidencialmente, la información de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, está recibiendo un fuerte tratamiento médico para el trastorno bipolar que padece. Este síndrome, próximo a la psicosis maniaco-depresiva, se caracteriza por la sucesión de fases de exaltación y otras de abatimiento, propias del temperamento ciclotímico.
La aplicación de fármacos utilizados en Psiquiatría, en cuya composición entra el litio, afecta a su vez al comportamiento público del mandatario venezolano. En sus comparecencias en la televisión es observado para detectar, en las alteraciones de su rostro, los efectos de la medicación.
A título de curiosidad, y salvando todas las distancias, cabe mencionar otras aplicaciones dispares del litio:
«El litio, sea directamente, sea por mediación del tritio, que puede obtenerse por transmutación de este metal, es el elemento fundamental a partir del cual se fabrican las bombas de hidrógeno (el otro elemento es el deuterio, o hidrógeno pesado). Pero el litio ofrece otras muchas aplicaciones. Puede servir para elaborar supercarburantes para cohetes. Puede entrar en la fabricación de acumuladores eléctricos sumamente ligeros…». (Jacques Bergier: «El espionaje científico». Plaza y Janés. Bergier, ingeniero químico y licenciado en Ciencias, organizó la primera red dedicada al espionaje científico).
Está visto que el líder bolivariano Hugo Chávez ¡es la bomba! No podía ser por menos con esa retroalimentación.