Luis González Reyes (15/10/2008)
Ecologistas en Acción ha elaborado un informe sobre la política ambiental de la Unión Europea. La conclusión principal del informe es que la Unión Europea es estructuralmente insostenible. El informe tiene dos partes. En la primera se describen indicadores globales que evalúan la sostenibilidad del proyecto europeo. En la segunda se desglosan las políticas concretas que se están llevando en distintos campos.

La conclusión principal del informe es que la Unión Europea es estructuralmente insostenible. Algunos de los indicadores que señalan esto son:

* Huella ecológica: La huella ecológica mide la cantidad de territorio que requiere mantener el consumo de la población europea. Cada europeo utiliza 4’7 hectáreas, mientras la biocapacidad del territorio es de sólo 2’2 hectáreas por habitante.

* Requerimiento Total de Materiales: Es la cantidad total de materia que necesita la economía de la Unión Europea para su funcionamiento. Este indicador ha ido creciendo paulatinamente hasta alcanzar las 514 toneladas por habitante y año. Además se puede apreciar como la mayoría de esas 514 toneladas son de origen no renovable (88%) y el porcentaje importando crece año a año alcanzando el 39%. Esto hace que los impactos ambientales sean cada vez mayores.

* Normativa ambiental: Al analizar la normativa, la organización ecologista ha detectado que el grado de incumplimiento de la misma es muy alto, y la tendencia general es hacia unos objetivos orientativos y voluntarios, plazos de cumplimiento laxos e incluso eliminación de la ya existente. En cualquier caso, Ecologistas en Acción también ha podido constatar como la normativa ambiental de la Unión es una de las más avanzadas del mundo.

* Política presupuestaria: Comparando los presupuestos destinados a la defensa del entorno y a la destrucción del mismo, el balance es muy negativo.

Respecto a las políticas sectoriales Ecologistas en Acción destaca:

En el sector del transporte, la Unión Europea está inmersa en un plan de construcción de más autovías y líneas de alta velocidad (el TEN-T), cuando el transporte ya es el responsable del 21% de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera (el 80% de las mismas se deben a la carretera).

La Unión Europea es la responsable de la emisión del 24% de los gases de efecto invernadero existentes en la atmósfera. Sin embargo, la Unión no va por el camino de cumplir el Protocolo de Kioto y acaba de poner en marcha un plan de lucha contra el cambio climático totalmente insuficiente que, por ejemplo, permite aumentar las emisiones a España aun más.

En el plano urbanístico el suelo artificializado ha aumentado en los últimos 10 años un 20%, mientras la población sólo lo ha hecho un 6%.

La política agraria de la Unión, la Política Agraria Común, arroja un sobreuso de pesticidas, abonos sintéticos, agua y una preocupante concentración de las subvenciones en la gran producción hacia la exportación. En cambio la agricultura ecológica supone sólo un 3’8% de la que se practica en la Unión Europea, aunque es un porcentaje que está creciendo.

En lo que atañe a la biodiversidad, en la actualidad existen más de 700 especies en peligro de extinción en Europa y la propia Comisión Europea reconoce que los esfuerzos de la Unión están siendo insuficientes.

Por último, la producción de basura ha aumentado un 14% en los últimos años, alcanzando los 515 kg/persona en 2006. En paralelo también se ha incrementado de forma muy importante la producción de sustancias tóxicas, sin que normativas como el REACH estén consiguiendo parar esta tendencia.