Andrés Soliz Rada (25/4/2009)
Consejos para algún candidato que no tema perder votos, en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre próximo, a causa de su sinceridad:
Denunciará que oligarcas de la Media Luna, con su planteamiento de Estado Federal Bi-nacional, y fundamentalistas indigenistas, que se infiltraron y apoderaron del MAS y que impusieron la aprobación el reconocimiento de 36 naciones inexistentes en la Nueva Constitución Política del Estado (NCPE), están conduciendo a la desintegración de Bolivia.
Exigirá que los candidatos se comprometan a defender la unidad nacional y quienes no lo hicieron admitan el error que cometieron al postular la disgregación del país. Es loable que ahora Álvaro García Linera anuncie que será «inclemente» con los disgregadores de la República, pero debería añadir que lamenta haber sostenido, junto al Ejército Guerrillero Tupaj Katari (EGTK), que «aymaras y quechuas no renunciarán al derecho a formar Estados y Naciones independientes… en guerra a muerte y separados del Estado burgués boliviano, de la nación burguesa boliviana». Demandará que lo propio ocurra con varios cívicos cruceños, como José Céspedes y Luís Núñez, que, en sus cabildos citadinos, coreaban la consigna ¡Independencia!, ¡Independencia!, lo que los convierte en responsables ideológicos del arribo de terroristas europeos que pretendieron imponer el separatismo de Santa Cruz.
Insistirá en que sólo la cohesión indo-mestiza contendrá los intentos separatistas que tienen como antecedentes la llegada de armas y militares argentinos y brasileños, que respaldaron el golpe que derrocó a Torres, en 1971, financiado por la colonia alemana en Santa Cruz, la presencia en el país del genocida nazi, Klaus Barbie, enviado por la CIA , o de terroristas ligados al narcotráfico como Stefano Dell’achiae, hechos que tienen su prolongación en el arribo de mercenarios húngaros, rumanos e irlandeses.
Afirmará que la resistencia a aceptar la presencia de autoridades nacionales en zonas del altiplano, agresiones a periodistas y asaltos a cooperativas mineras y bienes privados están minando la seguridad jurídica, lo que se ha constituido en eficaz argumento para que los separatistas pretendan imponer su Estado Federal bi-nacional.
Puntualizará que esa política de debilitamiento del país está siendo
ejecutada con la complicidad de la cúpula militar, la que, dentro del proceso democrático vigente, debe mostrar los peligros que indigenistas y separatistas constituyen para la existencia de Bolivia, en lugar de creer que la Presidencia de la Aduana es el máximo escalón de la jerarquía castrense.
Rechazará todo financiamiento foráneo para su campaña, ya sea de transnacionales, partidos políticos, fundaciones y ONGs. Planteará que el Estado contrate espacios en medios de comunicación a fin de que los aspirantes a la Presidencia tengan igualdad de oportunidades para exponer sus programas.
Anunciará que suspenderá la vigencia de los bonos de Sánchez de Lozada y del actual gobierno en favor de ancianos, estudiantes y madres gestantes, los que serán restituidos con las utilidades de las empresas estatales estratégicas, una vez reorganizadas, en lugar de usar el capital que necesitan para su despegue.
Sostendrá la vigencia y profundización del pensamiento propio, desarrollado por Carlos Montenegro, Augusto Céspedes, Sergio Almaraz, René Zavaleta, José Ortiz Mercado y Marcelo Quiroga Santa Cruz, el que no debe ser reemplazado por los postulados euro centristas de los Hardt, Negri, Bourdeau, Derrida y Foulcault, que nos alejan de los postulados de la unidad bolivariana.
Dirá que sin dejar de reconocer y apoyar las medidas del Presidente Hugo Chávez a favor de la unidad de Indo América, como la creación del Banco del Sur y de las Fuerzas Armadas de Sudamérica, ha debilitado, con el descontrolado donativo de cheques venezolanos, la autoestima de numerosos consejeros municipales, alcaldes y alcaldesas, quienes, por este antecedente, consideran hoy que la limosna y no el esfuerzo propio es la fuerza que debe impulsar el desarrollo nacional.
Pocos votarán por un candidato tan «ingenuo», aunque sólo con sus postulados el país tendrá esperanzas de sobrevivir.