Enrique Oliva (25/4/2009)
Festival de lindas palabras vacías de concretos y victoria del capitalismo salvaje.
La V Cumbre de las Américas fue un festival de fotografías, estrechar de manos e intercambios de frases amables con la estrella mediática del momento, Barack Obama. Este prometió nuevas políticas advirtiendo que «no vine aquí a discutir sobre el pasado, sino a discutir sobre el futuro», explicando lo prioritario de su gobierno: «es la imagen de EE. UU. que debemos restaurar». Claro y directo, piensa ante todo en su país.
Del aparatoso evento han salido ilesos y robustecidos solo los beneficiarios de la década de ganancias exorbitantes con la estafa de las hipotecas, los préstamos usurarios, la especulación bursátil y los bochornosos «salvatajes» interminables. Para la gente común no se pensó en ningún tipo de salvavidas. Tampoco se habló de las pérdidas de empleos y derivados conflictos sociales explosivos. Es decir, ganó la mafia financiera internacional, los bancgsters, como los llamaba Roosevelt. Y el FMI vuelve como robusto banco central mundial con el padrinazgo de la Reserva Federal (FED).
Unos días antes de la Cumbre se anunció que el presidente Barack Obama había aprobado el proyecto de declaración final de la misma. De borrador pasó a documento oficial, sin ningún cambio destacable ni discusión. En Venezuela, a un pequeño salto del estrecho que la separa de Trinidad y Tobago, Hugo Chávez presidía la cumbre del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas) a la cual asistía entre otros mandatarios el presidente de Cuba, Raúl Castro y despotricaban sin reservas contra el sistema financiero internacional. Al considerar el proyecto de acta final aprobado por Obama, se la estimó como «inaceptable». Un grupo importante decidió no firmarla por «no dar respuesta a la crisis global y no cuestionar la exclusión injustificada de Cuba, expulsada de la OEA en 1962».También, casi paralelamente, se reunía en Río de Janeiro el llamado Foro Económico Mundial, encabezado por Lula da Silva, ente masivo anti Davos con unánimes acuerdos de rechazos al neoliberalismo.
El temor a un áspero enfrentamiento de Obama con Hugo Chávez, que tanto hostigó al ex presidente Bush en la anterior cumbre, se suavizó primero por las medidas norteamericanas sobre Cuba y luego por encuentros informales entre jefes de Estado. El ligero intercambio de frases sociales correctas en esas circunstancias diplomáticas, disgustó a congresistas yanquis y a los republicanos de Miami, muy vinculados con el exilio cubano. Obama se vio obligado a dar explicaciones y las cosas no pasaron a mayores, por ahora.
El caso Cuba
Difundida poco antes de la Cumbre de las Américas, la decisión de EE. UU. de levantar la prohibición de viajes a Cuba y el envío de remesas a la isla, la mayoría de los presidentes reunidos en Trinidad y Tobago, celebraron la actitud norteamericana y coincidieron en insistir en el levantamiento del bloqueo «sin condiciones», tal como lo hiciera en su discurso de apertura Cristina Kirchner. Pero Obama dio a entender que antes esperaba algunas señales de La Habana. Nadie recordó que en la reunión de Santiago de Chile el vicepresidente norteamericano ya había adelantado que, «por ahora, el bloqueo continuará». No alteró en nada el reconocimiento de Hilary Clinton diciendo que «la política de nuestro país con Cuba ha sido un fracaso».
Washington afirma que ahora la pelota está en La Habana. Pero, informaciones atribuidas a círculos de cubanos en Miami, explican el porqué de la aceptación de los exiliados a las medidas adoptadas por Obama. Ellos planean, «coincidiendo con la Casa Blanca», en exigir muestras de democracia con libertad de prensa. Para ese supuesto, preparan la instalación de medios de comunicación de la oposición «orientadores de opinión pública», como un paso a posibles elecciones. De oponerse La Habana, «justificaría» el no levantamiento del bloqueo, anulando las «concesiones» ya adquiridas. Todo lo avanzado quedaría en nada y «el malestar popular podría llevar a la caída del gobierno comunista». Así de fácil lo ven desde Miami, olvidando la cantidad de intentonas de fuerza, como la fallida invasión de Bahía de Cochinos y el sinnúmero de proyectos de magnicidio.
Lo cierto es que los hermanos Castro aun no han manifestado opinión alguna sobre «la mano tendida» (pero el puño cerrado) de Barack Obama y los medios cubanos se han limitado a dar la información sin agregar comentarios.
El favorito tema yanqui de los derechos humanos
Es asombrosa la audacia y falsa seriedad con que los EE. UU. hablan y pontifican sobre democracia y respeto a los derechos humanos, cuando ellos han propiciado dictaduras sangrientas, concretando docenas y docenas de intervenciones militares por todos los mares, siempre en ventaja. En la actualidad están ocupando, reduciéndolos a tierra arrasada, a Irak y Afganistán, extendiendo sus bombardeos a Pakistán.
Casi simultáneamente con la iniciación de la Cumbre, se difundieron las escandalosas revelaciones oficiales de documentación probatoria de las torturas en Guantánamo, Colombia y en diversas cárceles secretas de la CIA en el exterior, con cientos de vuelos utilizando aeropuertos de 14 países europeos con irregularidades ya admitidas por varios jefes de gobierno del viejo mundo. Además, esas salvajadas inhumanas fueron «legalizadas» por tribunales, el Congreso y el propio ex presidente George Bush, quien llegó a «justificar» reiteradamente las torturas a prisioneros, sobre la base de un «estudio» pago realizado por académicos de la Universidad de Harvard, la más antigua y rica norteamericana, donde cursó estudios el matrimonio Obama. El pueblo yanqui pudo escuchar a su mandatario George Bush (h) describiendo el suplicio del «submarino», considerándolo «razonable».
Casi simultáneamente con la iniciación de la Cumbre de Trinidad y Tobago, se entregaron a la prensa en Washington los bochornosos memos y un manual elaborado por abogados de la Secretaria de Justicia para ser utilizados por la CIA en torturas. Junto a las crudas revelaciones, Barack Obama se comprometió a no llevar a juicio a quienes ordenaron tales vejámenes ni a quienes los aplicaron. Las críticas por el proceder del presidente le llueven de derechas y de izquierdas. Los primeros se quejan por la publicación de los documentos secretos y los segundos (en especial asociaciones de DDHH) por el indulto a los responsables. La puja se inclinaba ayer por hacer juicios y Obama dejaba la puerta abierta para ello. Las presiones en uno y otro sentido no parecen detenerse.
La prensa nacional e internacional ha divulgado la información oficial y requerido opiniones a personajes de pasadas administraciones, en especial a cercanos de George Bush (h) como el ex Fiscal General de EE. UU., Michael Mukase y el ex director de la CIA, Michael Hayden. El primero dice que la publicación «era innecesaria como asunto legal y poco sólida como asunto político». El segundo informa haber consultado con otros 4 ex titulares de su mismo cargo, quienes comparten sus objeciones al Presidente Obama por haber hecho pública una documentación que «pone en peligro la seguridad del país».
Espacios Europeos, el sitio español en Internet, informaba ayer: «el Relator Especial sobre la Tortura de la ONU, Manfred Nowak, afirma que Barack Obama viola el derecho internacional al negarse a procesar a los agentes de la CIA que participaron en torturas. Nowak manifestó que EEUU, como cualquier otro país, está obligado por la Convención Contra la Tortura de las Naciones Unidas, que exigen que se juzguen todos los casos en los que haya pruebas de que se han empleado torturas». Además, agrega: «Para reafirmar su apoyo y confianza en la CIA, el presidente visitó ayer lunes la sede central de la institución, a pesar de que él dio a conocer los ‘memorandos’ sobre torturas durante la administración Bush». ¿Cuál será la opinión del juez Garzón de Madrid o el fiscal de la Corte de Justicia de La Haya, Moreno Ocampo?
Ni colonialismo ni paraísos fiscales
De colonialismo no se habló nada en Puerto España. Y de paraísos fiscales tampoco. Este último tema adquirió una cierta notoriedad durante la última cumbre del G-20 en Londres donde se hizo pública la lista negra de países que explotan ese sistema delictivo bancario, con cuentas numeradas secretas, sociedades de fantasía y blanqueos de dineros mal habidos, en especial provenientes de drogas y tráfico de armas y todo tipo de delitos. Países vecinos suramericanos acusaron de delatoras a autoridades de Argentina y Brasil señalándolos ante el europeo OCDE para incluirlos en la Lista Negra, conformada por más de 40 países que explotan esas actividades en perjuicio de otros Estados. Pero los propietarios de esos bancos son muy altos financistas internacionales y tienen influencias de sobra para salir de problemas judiciales como ya lo realizaron en otras oportunidades. Lograron así que los gobiernos objetados propusieran al OCDE reformar las reglamentaciones legales. La vieja táctica de generar cambios de maquillaje para que todo siga igual. La lista negra ya no existe, reemplazada por una menor llamada «gris», una especie de dorado purgatorio, donde esperan blanquearse solo con promesas.
FMI ¿Banco Central del Mundo?
El tan desvalorizado FMI, cuya desaparición desea la mayoría del mundo estafado, resucitó más poderoso que nunca, multiplicando su capital y dispuesto a regular las finanzas internacionales como banco central mundial según lo llaman ya medios financieros. Y vaticina «tiempos difíciles», recetando disminuir del gasto público, soportar despidos y congelamiento o rebajando salarios y toda la batería liberal.
Las alianzas hilvanadas por Washington, día a día son más débiles y le será progresivamente más difícil mantener a sus socios menores en el riesgoso papel de solo proveerle tropas para cuidar sus ductos de petróleo y gas para su glotonería consumista.
Es ya evidente que ese obligado cortejo pierde interés en acompañar al imperio decadente por el alto costo de tal «amistad» en compromisos onerosos y la pérdida de electorado de sus gobernantes por adoptar políticas dañinas e impopulares.