Reportajes
Natalia Vaquero (Epipress-Madrid) (14/8/2014)
«Fue una decisión de Sancho Rof, entonces director general de TVE, y le sirvió de mucho porque luego Suárez le premió nombrándole ministro»
José Manuel González Torga.
Presidente de la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana publica «El periodismo en el laberinto».
A José Manuel González Torga (León, 1938) le tocó en suerte vetar la emisión de una exagerada loa de Adolfo Suárez a Franco el mismo día de la muerte del generalísimo, en cumplimiento de una orden del entonces director general de TVE, Jesús Sancho Rof, y ahora, ya jubilado pero plenamente activo, lanza «El periodismo en su laberinto» (Editorial Fragua) para reflexionar sobre su profesión. Lo mismo recomienda a los jóvenes periodistas que no vayan a las ruedas de prensa porque resultan inútiles, que combate sin tregua el mal llamado periodismo ciudadano que califica de «zurupeto». González Torga, de padre berciano, madre asturiana, pasó su adolescencia en Las Palmas, donde su progenitor ejercía de notario, y ahora preside la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana. Su libro es un delicioso cajón de sastre en donde se pueden encontrar desde sospechas de la implicación de la CIA en el atentado contra Carrero Blanco a un sentido homenaje al periodista italiano Pecorelli, asesinado por no seguir el consejo de Andreotti de tomarse un descanso cuando investigaba el asesinato de Aldo Moro. A la par que el consejo, Andreotti tuvo la delicadeza de enviarle unas pastillas para las cefaleas que ambos padecían.
– Se nota que es hijo de notario. ¿Qué quiere denunciar usted al llamar «periodismo zurupeto» a lo que otros consideran «periodismo ciudadano»?
– ¿Periodismo ciudadano? Eso no existe, habrá comunicación ciudadana, pero no periodismo. El término zurupeto significa intruso y son intrusos aquellos que pueden informar, como los blogueros, pero que en ningún caso pueden decir que hacen periodismo, eso es otra cosa que requiere una preparación.
– ¿Una preparación para ser notario de la actualidad?
– Efectivamente. El periodista tiene que ser riguroso y tener credibilidad para dar fe, como los notarios, de lo que sucede. No hay tantas clases de periodismo: hay periodismo bueno y periodismo malo y el bueno es el que tiene un público que paga por sus contenidos. No me gustan los periódicos gratuitos porque solo están al servicio de la publicidad. La buena información es cara y cuesta mucho conseguirla.
– ¿Sigue vigente en periodismo el «mensaje a García» para conseguir información útil y diferenciada?
– El «mensaje a García» no es otra cosa que el «búscate la vida». Es una expresión que procede de la guerra de independencia de Cuba. Estados Unidos decidió intervenir a favor de los rebeldes cubanos. El presidente norteamericano mandó una carta al general Calixto García a través de un soldado que se buscó la vida para cumplir el encargo y dar en mano esa misiva. Sin apenas datos entregó la carta y se convirtió en modelo de lo que se debe hacer cuando recibes una orden. Hoy en día, desgraciadamente, no veo que los periodistas se busquen tanto la vida.
– A lo mejor en esa desidia de la que habla está parte del mal del periodismo, ¿no?
– Hoy hay mucha burocracia en las redacciones. No entiendo a los periodistas que fichan en el trabajo y tampoco entiendo que se convoquen tantas ruedas de prensa. ¿Sabía usted que las ruedas de prensa se inventaron en España?
– ¿Quién las inventó?
– Habría que dejar de ir a las ruedas de prensa, inventadas en la época de Canalejas. No se llamaban ruedas de prensa, sino información en corro. Las ruedas de prensa, por lo general, son acerca de noticias interesadas y no interesantes. Habría que dejar de ir a las ruedas de prensa porque en ellas solo se dicen nimiedades. Y si además no te dejan preguntar son una contradicción.
– Contradicciones como las que denuncia en el 11-M, ¿se apunta entonces a las tesis conspiranoicas?
– La vida está llena de conspiraciones. No creo que todas las claves del 11-M estén resultas, como tampoco lo están las del asesinato de Kennedy.
– ¿Quedan también cabos sueltos del 23-F?
– Parece que sí. Estoy seguro de que el general Armada se llevó más de un secreto a la tumba.
– ¿Qué pasó cuando Sancho Rof le impidió a usted en TVE dar el comunicado del entonces partido de Adolfo Suárez, Unión del Pueblo Español, a la muerte de Franco?
– Yo era redactor jefe de los informativos de TVE y me tocó vetarle a Adolfo Suárez la loa más franquista. Suárez había mandado el día de la muerte de Franco una apología al generalísimo para que se leyera. No se leyó. Fue una decisión de Sancho Rof, entonces director general de TVE, y le sirvió mucho porque luego Suárez le premió nombrándole ministro.
– ¿Cómo era ese comunicado de Suárez?
– El comunicado de Suárez era más franquista que el propio Franco. Además, llamó varias veces a TVE para insistir en que se leyese.
– Y fue por esa época cuando llegaron los «bilderbergs», ¿es cierto que recomendaron apostar en España por hombres nuevos para cargarse a los afines al régimen?
– ¡Claro que lo plantearon! Esos magnates y políticos no se reúnen una vez al año para tomar café, sino para fraguar estrategias de futuro y no me cabe la menor duda de que algo que trataron con mucho interés fue la política del postfranquismo.
– ¿Cree usted que el Rey Juan Carlos estaba en el ajo?
– Por supuesto. Esa recomendación de apostar por caras nuevas les venía además muy bien a don Juan Carlos y a Adolfo Suárez, que no estaban dispuestos a escuchar las peroratas y los exabruptos de gente como Fraga.
– ¿Tuvo algo que ver la CIA con el atentado a Carrero Blanco?
– Existen sospechas de que sí. El atentado fue cerca de la embajada de Estados Unidos en Madrid y parece que los explosivos entraron por Torrejón de Ardoz para pasar luego a ETA. Yo me enteré del asesinato de Carrero Blanco en Panamá. Fui invitado por el general Torrijos, quien, por cierto, también falleció en un sospechoso accidente de avioneta en 1981.
– ¿Otra conspiración?
– Torrijos había reivindicado ante Estados Unidos la devolución en el año 2000 del canal de Panamá.
– ¿Es cierto que José Luis Cortina amenazó con revelar lo ocurrido con Carrero Blanco si le apretaban mucho en el juicio de Campamento por el 23-F?
– Sí. Lo que vino a dejar claro es que la versión oficial del asesinato de Carrero Blanco no era la más completa. Cortina salió absuelto de ese juicio después de pasar un año en la cárcel.
– ¿Por qué le apasiona tanto el asesinato de Aldo Moro?
– Porque es algo muy turbio en el que aparecen de nuevo las conspiraciones. Aldo Moro promovió un compromiso histórico entre la democracia cristiana y los comunistas italianos. Estados Unidos estaba en contra de este pacto y de ahí viene el secuestro y el asesinato de Aldo Moro.
– Peter Rob en «Medianoche en Sicilia», de Alba Editorial, afirma que la mafia intentó mediar con las Brigadas Rojas para salvar a Moro pero se encontró con que el Gobierno italiano no estaba por la labor, ¿cree usted también que fue así?
– El asesinato de Aldo Moro es un caso sin resolver y es la propia hija de Aldo Moro la que responsabiliza al Gobierno italiano, a sus propios colegas, del asesinato.
– ¿Qué me dice de la medicina que Andreotti le envió al periodista Pecorelli para su dolor de cabeza porque a él le sentaba bien a la vez que le recomendaba tomarse un periodo de descanso cuando investigaba el crimen político de Aldo Moro?
– Pecorelli era un gran periodista con muchos contactos en los servicios de inteligencia y en las grandes logias que acabó siendo asesinado en 1979. Esa medicina no era más que un aviso y de hecho, Andreotti fue juzgado, condenado y después absuelto por este asesinato.
– ¿Piensa usted como D’Alambert que el arte de la guerra consiste en matar a la gente y el arte de la política en engañarla?
– En cierta medida sí. En la política hay muchas dosis de conspiración y de engaño. A los políticos hay que escucharlos pero a la defensiva.
– ¿No da alas esa afirmación a grupos como Podemos?
– Podemos ya ha empezado mintiendo porque si tienen la más mínima inteligencia sabrán que las promesas que han hecho son inviables.
– Señor González, ¿ha sufrido usted mucho la censura?
– Antes se sabía que había censura. Estaba ahí y la acatabas o la intentabas esquivar. Hoy la censura es más sutil y lo políticamente correcto censura un montón de cosas.
N. de la R.
La entrevista realizada a José Manuel González Torga por la periodista Natalia Vaquero fue publicada ayer en todos los periódicos de la Editorial Prensa Ibérica.
José Manuel González Torga ( N. V.)
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