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A. G. (14/4/2009)
La verdad es que el actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene cierto atractivo para las mujeres. ¿Negro, mulato, blanco?  Que más da, que cada una o cada uno se quede con lo que más le guste. Pero de eso, a «beber los sesos» o los «sexos» por el nuevo Emperador, la verdad es que hay un abismo.

Pero lo que más me extraña es escuchar a Trinidad Jiménez, la otrora candidata al Ayuntamiento de Madrid, después Secretaria de Estado (sin función) de Iberoamérica y ahora experta en Sanidad, alabando al presidente estadounidense.

Hoy, Jiménez no ha tenido el más mínimo rubor en afirmar que «casi todo lo que hace es inteligente y acertado». Estas manifestaciones las ha hecho en Telemadrid  y tienen relación con la decisión de la nueva administración estadounidense de levantar las restricciones a los viajes de familiares y envíos de remesas a Cuba.

No ha sido la única jerifalte socialista que así considera a Obama. Uno d los primeros aduladores del presidente de EE. UU., fue José Blanco,  titular de la cartera de Fomento. Después, ya en pleno éxtasis, fue Zapatero que casi debió desmayarse al estrechar su fornida y morena mano en la cumbre del G-20 en Londres donde, por cierto la Policía británica -poca flema en estos casos- mató a un joven obrero que iba de paso… Pero, eso no tiene ninguna importancia. Lo importante es ser ministra o ministro y estrechar la mano a Obama.

De aquí a decir que con Obama los ataques a Irak y Afganistán, son otra cosa, son más democráticos, va un pelo…