espacioseuropeos.com (23/9/2009)joaquin-leguina
En un artículo publicado hoy en el diario «El País», titulado «Ricos e impuestos», el catedrático de Demografía y ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, critica la subida de impuestos indirectos que el gobierno de Zapatero aplicará en breve, a la vez que expone algunas medidas para contribuir a mejorar nuestra decrépita situación económica.

Tras cuestionar la subida de impuestas, Leguina afirma que si el gobierno quiere pescar «peces gordos» tendrá que «echar las redes en otros caladeros, por ejemplo, entre los sueldos escandalosos que se embolsan algunos ejecutivos. Cantidades que, a menudo, multiplican por más de 1.000 el salario mínimo». Y explica algunos ejemplos…

Leguina sugiere que el gobierno podría modificar «la tarifa del IRPF de los no residentes, así como las reducciones introducidas en las rentas provenientes de los alquileres de viviendas y aumentar, al menos hasta el 20%, el gravamen sobre los rendimientos del capital mobiliario«.

Ya que el gobierno no quiere mover el Impuesto de Sociedades, el autor del artículo propone que los dividendos no distribuidos de las sociedades que van a reservas y «aumentan el valor de las acciones» -aunque los accionistas no tributan por ellos- se gravaran «con un 20% los beneficios que se refugian, por ejemplo, en esos fantasmas tributarios llamados Sicav».

Leguina recuerda que en 2007 se introdujo «una reforma -que significó un incentivo para las operaciones especulativas- a partir de la cual las plusvalías patrimoniales cotizan al 18%, cualquiera que haya sido el tiempo transcurrido para conseguirlas». Y propone que las «ganancias de ese tipo obtenidas en un periodo menor de un año coticen, si son personas físicas, al tipo que marque el IRPF, y si son sociedades -sea cual sea la forma jurídica de que se revistan- a un tipo del 30%. Incluidas, claro está, las citadas Sicav y los fondos de inversión mobiliarios o inmobiliarios».

No a las subvenciones a sindicatos, patronal y partidos políticos
No es preciso ser un lince para descubrir – afirma Joaquín Leguina– que «una parte muy notable de las suel-hombre-del-maletin1bvenciones que hoy se otorgan no sirven absolutamente para nada… excepto para engrosar los ingresos de sus perceptores, sean empresas u otras organizaciones. Ya va siendo hora de hacer un balance objetivo acerca del uso y la eficiencia de tantísimo dinero público. Y si, por ejemplo, se quiere subvencionar a los sindicatos y a la patronal, no tiene por qué hacerse a través de unos cursos de formación de dudosas calidad y eficacia. Los fondos para la «formación» debieran ir a la Universidad o a la FP reglada, que falta les hace».

Si el gobierno ha anunciado la eliminación de los 400 euros de reducción que se otorgó a los declarantes del IRPF y sólo a ellos -dice Leguina«lo mismo debiera hacerse con el regalo de los 2.500 euros por bebé nacido en España o, al menos, eliminarlo a partir de ciertas rentas».

Para el final deja el catedrático de Demografía la guinda del artículo: «En fin, también sería bienvenida una rebaja sustancial de las archimillonarias y nunca publicadas subvenciones que los partidos se otorgan a sí mismos en las Cortes, en los Parlamentos regionales y en los Ayuntamientos. Así darían ejemplo de esa austeridad que sus líderes predican».

No hay etiquetas para esta entrada.