espacioseuropeos.com (23/11/2009)
Desde Bruselas, la Confederación Sindical Internacional (CSI) ha condenado la decisión del gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, de ampliar los asentamientos de colonos en la zona de Gilo, al sur de Jerusalén, en tierras expropiadas por Israel a los palestinos.
Esa anexión de territorios se produjo en el año 1967, hecho que fue considerado a nivel internacional como un acto de fuerza e ilegal, a la vez que una amenaza más para las perspectivas de paz. El anuncio de que van a construirse otras 900 viviendas en este asentamiento ha levantado una ola de extendidas críticas a nivel internacional.
El Secretario General de la CSI, Guy Ryder, manifestó en Bruselas que la «existencia de asentamientos israelíes en territorio palestino, en contravención del derecho internacional, constituye un gran obstáculo a la solución del conflicto. La decisión de ampliar este asentamiento sólo puede empeorar la situación. Israel debería estar eliminando colonias, no ampliándolas. Esta decisión, inmoral e ilegal, sólo servirá para intensificar la cólera palestina, debilitar la posición de los que buscan la paz en ambos lados e incrementa el riesgo de nuevos conflictos, en detrimento por igual tanto de palestinos como de israelíes».
La CSI representa a unos 180 millones de trabajadores en todo el mundo a través de 311 organizaciones en 155 países.