Mi Columna
Eugenio Pordomingo (23/11/2009)
El pasado martes tuvo lugar un incidente -uno más- entre una patrullera de la Guardia Civil y otra de la Royal Navy, a unas cinco millas náuticas de Gibraltar, en aguas, supuestamente, internacionales. En el transcurso de unos ejercicios de la marina de guerra de Su Majestad que se realizaban en aguas del Estrecho de Gibraltar, una o varias patrulleras británicas ametrallaron unas boyas marinas identificadas con los colores de la bandera de España. Esta práctica es ya habitual en la marina británica.
Sin embargo, nuestro complaciente ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al que en Europa le han dado con un palmo en las narices, a pesar de las lisonjas de Zapatero, aceptó complacido las explicaciones del embajador del Reino Unido en Madrid, Gilex Paxman.
Las disculpas -más bien explicaciones- fueron de esta guisa: «error de juicio» y «falta de sensibilidad de los soldados de la Royal Navy. ¿Cuál hubiera sido la reacción de Londres de haber sucedió al contrario?
Pero, mira por donde, ahora hemos sabido -quizás difundido desde el ministerio de Moratinos– que el Reino Unido pidió -hay quien dice que exigió- hace dos meses a Exteriores que la Guardia Civil dejase de patrullar por las aguas de Gibraltar, ya que estas «acciones violan su soberanía«.
El Reino Unido apela al espíritu de cooperación que reinó durante la visita de Moratinos a la colonia británica el 21 de julio de este año, pero no deja de reclamar que son suyas las tres millas en litigio que rodean al Peñón, algo que no aparece ni en la letra pequeña del Tratado de Utrech.
Estas son algunas de las consecuencias de la polémica visita que en el mes de julio realizó Moratinos a Gibraltar, Era la primera visita oficial al Peñón de Gibraltar que hacía un ministro español y la tercera reunión del Foro de Diálogo con los Gobiernos de la colonia y del Reino Unido. Moratinos se reunía al otro lado de la verja con el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, y el ministro británico de Exteriores, David Miliband.
El acuerdo surgido de tan entrañable reunión se venía gestando desde el llamado Foro Tripartito de Diálogo, una especie de Alianza de Civilizaciones, pero a la inglesa, con té y pastas incluidos. Mediante ese acuerdo el uso del aeropuerto (construido en territorio español) del Peñón sería conjunto; se incrementarían las líneas telefónicas (españolas) y se fomentaría el paso de personas y mercancías por la verja, no confundir con la creación de sociedades anónimas, que eso es otra cosa. Eso queda para los de Gescartera, la Operación Malaya y otros. Por cierto, Gibraltar está excluido por Estados Unidos como paraíso fiscal.
No me imagino a los de Su Majestad, compartiendo la descomunal base ¿de la OTAN?, con nuestro Ejército. Lo que si logró Gran Bretaña con ese acuerdo fue asegurarse, aún más, su permanencia en la Roca, con Ejército, taller mecánico para reparar submarinos atómicos averiados y paraíso fiscal incluido.
Por todo ello, yo deseo que la Guardia Civil del Mar siga patrullando las aguas del Peñón y si puede ser, que las otras unidades de la Benemérita, hagan otro tanto por Main Street.
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