espacioseuropeos.com (21/11/2009)
No ha sido la primera vez ni será la última. El pasado martes, una patrulla marina de la Guardia Civil se percató que desde una barcaza de la Royal Navy se estaba ametrallando a una boya marina identificada con los colores de la bandera española. Desde la patrullera de la Guardia Civil se advirtió a los militares británicos de su proceder.
Al regresar la patrullera a su base, lógicamente, dieron parte a sus mandos y éstos a Defensa y Exteriores. Pero, con Moratinos hemos topado.
Al parecer, el incidente -repetimos, que no es el primero- se produjo a unas cinco millas náuticas de Gibraltar, en aguas internacionales. En el transcurso de unos ejercicios de la Royal Navy, llevados a cabo en esas aguas y que, supuestamente, fueron comunicados debidamente a las autoridades españolas, una o varias patrulleras británicas ametrallaron a unas boyas marinas identificadas con los colores de la bandera de España.
El complaciente ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, convocó de inmediato, una vez que el asunto era conocido, al embajador del Reino Unido en Madrid, Gilex Paxman, para pedirle explicaciones por el incidente causado por la marina británica en el Estrecho de Gibraltar.
No dudamos que el embajador británico pidiera disculpas a Moratinos, ya que ello entra en la función de la diplomacia y en el sueldo que perciben, pero estamos convencidos que este y otros incidentes seguirán marcando la relación de sumisión de España con el Reino Unido.
Según el embajador Paxman todo fue un «error de juicio» y una «falta de sensibilidad» de los soldados de la Royal Navy«, términos que recoge el comunicado emitido por la Dirección General de Comunicación Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Ahora, como siempre, vendrá una exhaustiva investigación, para determinar las causas, apertura de responsabilidades y, tras una sesuda evaluación de las mismas, se tomarán las medidas pertinentes, a fin de que esos desagradables hechos no vuelvan a repetirse.