espacioseuropeos.com (13/12/2009)maria-teresa-fernandez-de-la-vega
El último Consejo de Ministros acordó condonar una deuda de 44.364.177,05 dólares a Ghana. Dicha deuda y su condonación quedan reflejadas «en el Programa de Conversión de Deuda suscrito entre España y la República de Ghana».

El texto de esa condonación queda justificado de esta guisa en el resumen de lo tratado en el Consejo de Ministros: «Los programas de conversión de deuda procuran ligar al máximo la condonación de la misma al desarrollo económico y social del país beneficiario». Y sigue: «Este Programa servirá para financiar proyectos de desarrollo en Ghana, que serán seleccionados por un comité binacional con participación ghanesa y española».

Este tipo de acuerdos sobre condonación de deudas se deriva del contenido de la Ley de gestión de deuda externa (diciembre de 2006) por la que «se amplían los compromisos de condonación asumidos por España en el marco de la Iniciativa HIPC (siglas en inglés de Países Pobres Altamente Endeudados)».

Continúa el texto explicatorio del asunto: «Esta Iniciativa tiene por objeto ayudar al país beneficiario a alcanzar una situación de deuda sostenible a largo plazo mediante una fuerte reducción de la carga de endeudamiento y la adopción de programas de ajuste y reforma dirigidos a que los recursos liberados reviertan en un desarrollo sostenible. La reducción de deuda se aplica en distintas fases, de forma que, cuando se alcanza el llamado punto de decisión, se concede un alivio provisional de la deuda y, cuando se alcanza el llamado punto de culminación, se concede el alivio definitivo».

En román paladino viene a decir que se llega a esos acuerdos por varias razones, entre ellas, que el país «aliviado» permita a empresas occidentales -en este caso españolas-, esquilmar sus recursos  sin control alguno, que nos compren niveles de contaminación, y, sobre todo, que una empresa -generalmente amiga del entorno de los que detentan el poder en España- sea la beneficiaria de esa «conversión de la deuda», a través de proyectos, cuyo costo sale siempre del bolsillo de los españoles.