espacioseuropeos.com (18/1/2010)
Una semana después del terremoto que padeció Haití, la ayuda humanitaria continúa almacenada en su mayor parte en el aeropuerto de Puerto Príncipe, capital del país. Los aviones se agolpan en el aeropuerto, mientras una multitud desesperada y hambrienta intenta asaltar esos almacenes. La falta de alimentos y de agua está provocando situaciones de violencia entre los ciudadanos.
En un comunicado de prensa, la Cruz Roja Internacional advierte de que los «precios de la comida y los transportes se dispararon desde el martes pasado y los incidentes violentos y los saqueos están en aumento, al tiempo que la desesperación crece».
La mayor parte de los países del mundo se han volcado en ayudar a la población de Haití, ante la incapacidad e inoperancia del gobierno local, a la que se ha unido el enfrentamiento entre Francia y Estados Unidos. El secretario francés de Cooperación, Alain Joyandet, ha pedido a la ONU que revise el papel de Estados Unidos, que «asume de hecho la dirección de las tareas de socorro en Haití, incluido el aeropuerto de Puerto Príncipe», según recoge Radio Francia Internacional: «Se trata de ayudar a Haití, no de ocupar Haití. Para que Haití pueda reanudar su vida», afirmó el responsable de la Cooperación que este fin de semana anunció que Francia había presentado una queja formal ante Washington por la gestión que lleva a cabo en el aeropuerto de la capital de Haití. Esta protesta se originó tras la negativa de las fuerzas militares estadounidenses para que un avión hospital francés pudiera aterrizar, dando prioridad a los de su país.
Aparte de estos enfrentamientos, una vez más ha quedado plasmada la incapacidad de la ONU para gestionar situaciones de este calibre. Reuniones y más reuniones -todas ellas con unos costos elevadísimos- no sirven más que para alimentar el ego de altos funcionarios y políticos, extraordinariamente bien pagados, cuyo mejor bagaje profesional en la mayoría de los casos es el dominio de algunas lenguas (funcionarios o contratados de Naciones Unidas) o estar en el gobierno de turno, en el caso de países donantes.
Por eso, en este caso, aplaudimos la decisión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de enviar una fuerza militar para tratar de controlar los desmanes que están impidiendo socorrer a la población haitiana.