Economía
Manuel Funes Robert (10/8/2010)funes-robert
Me ufano y complazco en mi aportación al pensamiento económico mediante una síntesis entre lo político y lo monetario. Marx explica y Keynes, reformulado por mí, resuelve. La idea es de tal fertilidad que continuamente están saliendo consecuencias nuevas siempre convergentes con la idea básica. Todos los comentarios eluden o ignoran por servilismo o ignorancia el tema central que es la inoperancia del BCE en una de sus dos misiones básicas. Parecen que no saben lo que ocurrió en lo monetario en el siglo XIX.

1931. Inglaterra abandona el patrón oro; 1932, Roosevelt lo suprime en EE. UU.; 1944 en Bretton Woods se vuelve a un patrón oro restringido aplicable al dólar pero que no pudo resistir la convertibilidad pactada y en 1971, Nixon anula dicha vuelta quedando el mundo entero bajo el dinero papel.

La ignorancia y ausencia de comentarios sobre estos hechos parece que quiera resolverla la televisión en un mensaje tan elocuente como válido. Una y otra vez desde hace muchos años y en mas de un canal vemos como se fabrican y se imprimen estos billetes, haciéndonos ver que ese es el origen último del dinero.

Del oro al papel, de dato a variable en manos políticas y a una cantidad que depende de la maquina que se nos exhibe. La piedra filosofal buscada con ahínco durante siglos era una imprenta cuyo manejo sometió a razón ayer el keynesismo y hoy mis estudios. Y gracias a ello el mundo conoció en buena parte del mismo la gloriosa conquista de pleno empleo, sociedad de consumo y Estado de Bienestar.

El sector real depende y se manifiesta con una infinidad de precios, el sector financiero solo de uno, el tipo de interés. El sector real se mueve con índices y promedios tanto más lejos de la realidad cuanto mayor es el número de componentes y mayor la distancia numérica entre ellos.  El sector financiero necesita pues una doctrina para encubrir su interés y lo consigue sentando el principio de que el sumo mal es la inflación que siempre nace de la abundancia y baratura del dinero. Con esto legitiman la escasez del mismo. La aplican cuando no hay inflación y cuando no la hay para que no venga.

Aplican, como un arma más, la contabilidad privada al sector público, validez que se afirma como si fuera indiscutible y con ella se priva a los poderes públicos de aumentar la cantidad de dinero porque la partida doble, esencia de la contabilidad no se puede aplicar al dinero nuevo que como hemos visto, nace de la  nada, sirve para todo y no cuesta nada. La nada no tiene entrada en la contabilidad. Todo el dinero en circulación procede de la máquina, y  ha sido más y ha sido nuevo alguna vez.´

Para culminar su victoria sobre el sector real, el financiero impone la libertad de movimiento de capitales con monedas distintas y con ello se anula la eficacia de la ley de la oferta y la demanda en las cosas cuyos precios no solo dependerán de la ley de la oferta y la demanda sino del tipo de cambio. Esa libertad determina la altura o bajeza de los precios internacionales. Esa libertad crea un mercado que nunca existió: el dinero tras de si mismo cuando está hecho para ir tras las cosas para producirlas o comprarlas. Los mercados de moneda, al variar todas sobre todas funcionan en régimen de trueque y pueden comparar pero no pueden valorar faltos como están de una unidad de medida estable. En EE. UU. está la excepción y Bernanke ya ha afirmado el-capital de Karl Marxque la única alternativa ante la recesión es la intensificación del propio modelo keynesiano. En Europa se vive la idea contraria y la cruzada contra los déficits públicos que ha despertado una suicida competencia hacia lo peor y esto garantiza la permanencia de la crisis. Y muchas infraestructuras a medio terminar quedarán sin terminar al tiempo que los despedidos de esas obras por pasar de activos a pasivos impedirán el ahorro con el que se cuenta por cuanto irán a depender de las cuentas públicas.

Conclusión fundamental. El BCE está obligado como instituto emisor a proveer de liquidez al sistema y al no hacerlo consigue que los mercados ocupen su lugar poniendo el interés que quieran a los países que necesiten liquidez. La rebelión social incipiente y en marcha es la única solución a la vista de la entrega total de los políticos de nuestro tiempo a los mercados privados. Esta rebelión va a dar origen a la propuesta de una nueva Internacional y como el liberalismo en la obra de Smith y el marxismo en la de Marx tendrá su base en LA LUCHA DE CLASES DEL SIGLO XXI.´

En el próximo comentario abordaremos los últimos datos sobre la economía que ha proporcionado el Banco de España.