Guinea Ecuatorial
Daniel M. Oyono (6/9/2010)lula-da-silva-y-obiang-nguema
Los fusilamientos de cuatro opositores, sin las más mínimas garantías judiciales, no debe ocultarnos el resto de los sangrientos sucesos que a diario acontecen en Guinea Ecuatorial. Pero, no debemos obviar que todos los atentados contra los Derechos Humanos los  comete Teodoro Obiang Nguema porque la comunidad internacional lo consiente.  

El caso más reciente lo tenemos en que el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha tardado diez días en «lamentarse» por esos fusilamientos. Un poco más atrás nos queda la visita a Guinea Ecuatorial del Presidente de Brasil, Lula da Silva.

Cada segundo, cada minuto y cada hora que pasa, el maldito mundo de la corrupción avalla un nuevo hombre o mujer aparentemente  honrado; no hay político, hombre de Estado, empresario, artista, clérigo o cualquier personaje público notorio que no sucumbe ante el petróleo, los dólares y los euros de sangre del torturador y asesino ladrón de Guinea Ecuatorial, teniente coronel Teodoro Obiang Nguema Mbazogo. Una buena parte de los que dicen ser o pertenecer al mundo democrático o desarrollado corren a abrazar vergonzosamente  al sanguinario tirano.

Muchísimo más cruel y ladrón que el liberiano Charles Taylor que hoy se encuentra bajo los calabozos del Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas  sobre los crímenes de Liberia y Sierra Leona, entre ellos, la malversación de los diamantes de sangre, albergamos la esperanza de que el monstruo de Guinea Ecuatorial conozca en vida todo el peso de la justicia y de la Ley internacional en materia principalmente de la violación de los derechos humanos y de crímenes contra la humanidad por la matanza sumarial, la destrucción de vidas humanas, la dispersión de familias enteras, así como el robo, el expolio, la malversación de las riquezas de nuestro Pueblo. Sin excluir, la confiscación arbitraria de bienes y la expulsión masiva de ciudadanos extranjeros de nuestro País.

Todo esto con la complicidad activa de ciertos gobernantes y gobiernos irresistibles a la atracción del petróleo de sangre, que por salir de las urnas se dicen democráticos, aunque en la práctica podrían ser considerados autoritarios.

El robo masivo del petróleo guineano por el teniente coronel Teodoro Obiang Nguema Mbazogo y su familia, con la complejidad activa de todos los miembros de su gobierno, es para nosotros comparable con los diamantes de sangre de Liberia. Todos estos individuos deben ser juzgados como lo está siendo actualmente el liberiano Charles Taylor y sus cómplices, nacionales y extranjeros.

Públicamente conocidas las andanadas del dictador guineano, de su familia, y aquéllos de su gobierno fantasma y su régimen, a través del exhaustivo informe, que en su día publicó el Subcomité de Transacciones Internacionales del Senado USA,  por el robo, tráfico y lavado de  dinero que hacían en el Bango Riggs de Washington, curiosamente junto a su compañero dictador chileno ex general Augusto Pinochet, y el Banco Santander de España.

El tirano, su familia y su régimen siguen cosechando contrariedades, a pesar de los favores que trafican a golpe del petróleo de la sangre en el mundo desarrollado, de aquéllos sabios de los que el dinero sucio,  manchado de sangre, fácil y camuflado en regalos, no tiene olor ni color, ni puede considerarse merienda de negros, quizá por estar fabricado por otros, vuelve vergonzosamente al redil.

Recientemente expulsado de IETI, avergonzado en su pretensión de ser miembro de los PALOP donde no ha sido admitido, (Organización de los Países Africanos y Latinoamericanos de Expresión Oficial Portuguesa), integrado  por Brasil, Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guiné-Bissay y Portugal. Acaba de estar en Luanda donde ha recibido el fiasco en la cara del presidente angolano Eduardo Dos Santos, que ha rechazado corresponder a su petición de comprar a un contingente de militares de ese País para su protección, por miedo a una muy que probable rebelión militar al constante malestar en las fuerzas armadas guineanas.

Desgraciadamente en este despreciable escenario, mal aconsejado o no, con afán de un protagonismo innecesario a su impecable trayectoria de líder emergente mundial, que era hasta hace poco referente y orgullo para los Países y Pueblos del Sur, un activo icono de la cooperación Sur-Sur, el Presidente Luiz Inácio Da Silva (Lula), decepciona a millones de africanos, iberoamericanos y asiáticos por abrazar al más ruin depredador de los derechos humanos, de las libertades, corrupto y ladrón, cuyas manos están manchadas de la sangre de miles y miles de inocentes, torturados y asesinados personalmente y por su régimen.

¿El petróleo lo puede todo?, ¿todas las personas tienen de verdad un precio aunque sea cuestionablemente repugnante?, ¿necesita el Pueblo brasileño  a estas alturas  ésta lamentable pataleta de su Presidente?

El Presidente Lula Da Silva ya ha olvidado su pensamiento, sólo dos muestrarios quiero tomar como ejemplos contradictorios.

En 1980, el 6 de abril y publicado en la Folha de Sao Paulo, Lula declaraba: «Siempre fuimos explotados. Estamos oprimidos pero no vencidos. Luchamos por el elemental derecho de la clase trabajadora a participar de la vida social, política y económica de su patria. Es inútil intentar detenernos o abatirnos. Somos multitudes. Estamos en las ciudades y en los campos. Renacemos en nuestros hijos. Sabemos que en el futuro estará en nuestras manos las riquezas de nuestro País. Se ha encendido una llama difícil de contener porque está alimentada por el deseo de libertad e igualdad del Pueblo y la decisión es asumir la lucha para derribar la dictadura y la explotación humana hasta las últimas consecuencias», declaración hecha antes de asumir la presidencia de  la República.

En el discurso de toma de posesión como Presidente dijo: «La esperanza, finalmente, venció al miedo y la sociedad decidió que había llegado la hora de recorrer nuevos caminos. El combate contra la corrupción y la defensa de la ética en el tratamiento de la cuestión pública serán objetivos centrales de mi gobierno. Es necesario enfrentar con determinación y derrotar a la verdadera cultura de la impunidad, la injusticia y las desigualdades sociales que prevalecen en los sectores públicos inspirados desde el gobierno». ¿Qué ha pasado?, ¿es realmente la misma persona?,  ¿dónde se han quedado los famosos discursos de los foros de Davos sobre la gestión, transparencia y corrupción; y ¿aqdaniel-oyonouéllos de las Naciones Unidas en su 59 Asamblea?, y finalmente las palabras en el Tercer Foro Mundial de Porto Alegre y ante el G-8 y el G-24? No puedo creer este cambio.

Seguiremos  aplaudiendo, más que nunca, el compromiso público universal y el coraje de la Presidenta argentina Cristina Fernández Kirchner al plantar cara en Buenos Aires en plena visita oficial del corrupto dictador Teodoro Obiang Nguema Mbazogo, cuando le recriminó por la violación constante de los derechos humanos y el estado de miseria galopante y cruel que tenía sometido a nuestro Pueblo, junto al saqueo y expolio que hacía de sus riquezas naturales.

No hay estados del alma, hay que aislar al sátrapa para recuperar la dignidad y la soberanía de Guinea Ecuatorial; es obligación de todos las personas y de los que se dicen demócratas, son acciones deben ser demostradas con hechos; estamos hartos de palabrerías huecas, vacías y de atajos; no puede haber ninguna clase de colaboración con las dictaduras, tengan o no petróleo. Ningún colaborador de los tiranos es de cerca o de lejos, inocente ni limpio.

El cuento del diálogo constructivo con las dictaduras huele a colaboracionismo. Ningún régimen surgido de golpe de Estado es legítimo, menos aún cuando secuestra y confisca -para su beneficio personal- la soberanía nacional y la voluntad popular, convirtiéndolas en negocio particular. Nadie que se precie como  demócrata puede estar en connivencia ni pretender ser «comprensivo» con los dictadores.

Lula Da Silva y su Canciller deben revisar y retirar el plácet concedido a Teodoro N. Biyogo, cuñado del dictador Teodoro Obiang Nguema Mbazogo, embajador de Guinea Ecuatorial en Brasil.

El Presidente Luíz Inácio Da Silva, debe rectificar y los Jefes de Estado democráticos de América Latina, Centroamérica y el Caribe, deberían no seguir los pasos del Presidente brasileño y aislar al terrorífico dictador de Guinea Ecuatorial,  nuestro Pueblo se lo agradecerá y sus Pueblos no serán avergonzados por sus actos. La apariencia atractiva del petróleo de la sangre, es destructiva y mortal.

No me lo recuerden, por favor, dime con quién andas y a quién frecuentas, y te diré quién eres en realidad, aquí no se descubre nada nuevo, es de sentido común. ¡Que lastima!