Pakistán
espacioseuropeos.com (22/11/2010)
Hasta ahora, que sepamos, se mantiene la condena a muerte de Asia Bibi, mujer paquistaní de religión católica. Bibi fue condenada en Pakistán por la ley anti-blasfemia que rige en el país.
La legislación que impera en Pakistán, ha condenado a la horca a Asia Bibi por comparar a Jesús con el profeta Mahoma, según la noticia que ha difundido días atrás la agencia de prensa Asianews. No obstante, y a pesar de ser condenada a muerte, un juez de un tribunal de la localidad de Punjab, a 75 kilómetros de Lahore, que juzgaba a Bibi le ofreció la libertad a cambio de que se convirtiera al Islam, pero ella le respondió: «Prefiero morir cristiana, que salir de prisión siendo musulmana».
Los hechos por los que esta mujer paquistaní fue condenada se remontan al año 2009, cuando Bibi se encontraba trabajando en tareas agrícolas. Dentro de su actividad laboral fue a recoger agua, pero el resto de mujeres -todas ellas musulmanas- se opusieron a que lo hiciera, pues contaminaba la vasija al no ser de esa religión. Por eso, la exigieron que abandonara el catolicismo y se hiciera musulmana.
Durante la polémica, Asia Bibi respondió a sus compañeras de trabajo con esta pregunta: «Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad, pero qué ha hecho Mahoma por vosotras». Después de esta contestación, las musulmanas la denunciaron por blasfemia ante el imán de la zona y a la policía.
En Pakistán la blasfemia contra el profeta es considerada delito y castigada, según el artículo 295 del Código Penal con la muerte.
Desde el pasado 8 de este mes, Asia Bibi permanece encarcelada a la espera de que el Tribunal Supremo de Lahore fije la fecha para que la sentencia se ejecute.
Al parecer, el Papa Benedicto XVI ha intercedido por ella y varias organizaciones católicas han denunciado esta condena. Llama la atención este caso, si lo comparamos con el de Sakineh Mohammadi, condenada a morir en Irán por adulterio, en el que varias ONGs, partidos políticos, sindicatos y asociaciones de Derechos Humanos, han realizado un importante esfuerzo mediático por salvar su vida, pero ya se sabe Sakinen Mohammadi vive en Irán y es musulmana.
El kilo de cristiano, por lo que se aprecia, es mucho más barato que el de musulmán y el agua que éstos beben en Occidente, a pesar de que la sirvan cristianos, no debe ser impura.