España
Alejandra Durrell (18/6/2011)

Benito Mussolini y sus camisas negras marchan sobre Roma
Benito Mussolini y sus camisas negras marchan sobre Roma

Las protestas de los ciudadanos españoles, indignados, hartos de ser ninguneados, se han lanzado a la calle. Y ya se sabe, cuando los españoles comienzan algo, lo suelen acabar. El 15-M, Democracia Real, No les Votes y otras muchas organizaciones, por llamarlas de alguna manera, convergen en las causas de la protesta y, en parte, en las propuestas para una solución.

Lo que me extraña de todo esto -los sociólogos lo llaman conflicto social-, es que algunos medios de comunicación llevan tiempo animando al pueblo a que proteste, a que se manifieste, y cuando lo hace (el pueblo), les acusan de todo: radicales, antisistema, violentos, etc., etc.  El Grupo Intereconomía y Libertad Digital -ambos se destacan por su línea editorial muy cercana a las tesis neoliberales- han sido de los más críticos con esas protestas. Pero, sobre todo, lo que más me ha extrañado es que han llegado a comparar el día de mañana, 19-J (concentración ante el Congreso de los Diputados),  con la marcha de los «camisas negras» italianos sobre Roma.

No recuerdo bien, pero creo que fue ayer por la mañana, mientras me movía de emisora en emisora, cuando escuché al periodista de origen colombiano, Carlos Peñaloza, director del Programa de Radio Intercontinental (Grupo Intereconomía), decir que los que iban a acudir a esa concentración eran unos «sediciosos».

Hace ochenta y nueve años, el 28 de octubre de 1922, Benito Mussolini, el «Duce», con más de 40.000 «camisas negras» marchó sobre Roma para exigir el poder ante el caos que vivía Italia. Fue una marcha incruenta, organizada, hasta lúdica, que acabó implantando un modelo totalitario (de totalidad) que duró veinte años. El modelo se extendió por medio mundo, como lo hizo el comunismo y el nazismo. Los tres bebieron en las fuentes del socialismo e implantaron «democracias totalitarias». Poco después vino la Segunda Guerra Mundial.

No se si el movimiento del 15-M terminará o no en una «marcha sobre Roma», mañana veremos algo, pero lo que si me queda claro es que la mayoría de los medios de comunicación, aparte de los que aparecen en el titular, defienden a capa y espada el modelo neoliberal. El País, se destaca por ser el más acérrimo defensor del neoliberalismo, aunque sus métodos para expresarlo son más sibilinos y engañosos.

El 15-M, el19-J, el movimiento de los «indignados», va contra los privilegios de la clase política, contra la usura de los bancos,  contra el modelo que nos han implantado y que habíamos aceptado.  Ahora el 19-J va contra el Pacto del Euro, que consiste, ni más ni menos, en que la UE se comprometa a garantizar a los bancos (alemanes y franceses) que han financiado la deuda de los países más pobres (Irlanda, Grecia, Portugal y España) cobren hasta el último19-j céntimo de ese dinero. Nada importa a políticos y banqueros, en qué ha consistido esa deuda; cómo se ha puesto en marcha, ni si hay que bajar sueldos a los funcionarios, congelar las pensiones o reducir las prestaciones sanitarias.

Parece que se olvidan que esos bancos han recibido enormes ayudas de los bancos nacionales y del Banco Central Europeo. Y yo me pregunto, ¿qué hacen los representantes del pueblo en Europa?  Me refiero a los eurodiputados.

Yo apoyo a los «indignados», porque una también está indignada. Pero me gustaría que el 15-M mirara un poco hacia atrás, para que nos diéramos cuenta de la pasividad que se ha tenido con el derroche y el lujo gubernamental; con subvenciones a todo bicho viviente, sin control, en la mayoría de los casos otorgadas por el mero hecho de compatibilizar la afinidad ideológica. Y, también, mirar -en este caso para arriba- me refiero al País Vasco, para que nos percatemos de que allí están ocurriendo hechos que en nada se parecen a las que deben acontecer en un país democrático. 

¡Hasta mañana!

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