España/Tokio
Madrid-2020-delegacion-española-en-Buenos-Aires1Diego Camacho (12/9/2013)
Hay que empezar por felicitar a Tokio por su elección como sede de los Juegos Olímpicos del 2020. Lo que casi nadie esperaba es que Madrid fuera descartada a las primeras de cambio, pues el triunfalismo gubernamental de los días previos había contribuido a que muchos estuvieran vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado.

No se si es cierto que nuestra delegación regalaba jamones para mover voluntades entre los delegados del COI, de haberlo hecho habría que destacar lo chusco del regalo tanto por el tamaño como por la dificultad para consumirlo adecuadamente. Aunque lo más esperpéntico fue la exposición y las ruedas de prensa, al contestar a preguntas que no habían sido planteadas.

Lo peor no es que Ana Botella no sepa inglés sino que intente hacer como que lo sabe. El resultado es penoso pues da la sensación que se avergüenza de utilizar el español y además en Buenos Aires. Me pregunto de que le sirven la multitud de asesores que tiene en nómina; espero que al menos no le alabaran lo bien peinada que iba.

La euforia que desprendían nuestros políticos, antes de la votación, hacía pensar que la elección trascendía el ámbito deportivo y que el fin último eran los efectos paliativos, que una victoria podría proporcionarles, de cara a su desprestigio por la corrupción. Por esta razón el rechazo de nuestra candidatura ha sido positivo, pues todo aquello que permita desviar la atención de nuestros problemas esenciales y dé una coartada a políticos incapaces no es bueno para el interés general.

También se ha puesto de manifiesto la precariedad en la gestión diplomática de España. El argumento de tomar café con leche en la Plaza Mayor no parece el más adecuado para impresionar a los lobbys existentes y el hacer público antes de la votación que Madrid tenía ya 50 votos es una indiscreción imperdonable, excepto para Rajoy lo que es plenamente coherente con su propia trayectoria, ya que aunque se equivoque en la elección de personas de confianza o mienta en sede parlamentaria no se considera responsable políticamente de nada.

Sí sorprende que con la participación del heredero de la Corona, el gobierno no haya controlado y coordinado más estrechamente a los participantes y que el CNI diera la victoria como segura, pues si no hubiera sido así el Príncipe de Asturias debería de haberse quedado en casa; a no ser que interese que quede en evidencia. Esperemos que estos derrochadores de nuestro dinero no emprendan el cuarto intento pues la sede del 2024 será Berlín, París o Roma, claro que para ellos eso es lo de menos lo importante es disponer de fondos para sus mamandurrias varias.