Cristóbal Colón ante la reina Isabel. La ilustración es un fragmento de un grabado de Baude sobre un cuadro de Brozik.
Cristóbal Colón ante la reina Isabel. La ilustración es un fragmento de un grabado de Baude sobre un cuadro de Brozik.

Iberoamérica/España
Pedro Godoy P. (18/10/2013)
Antaño se expresa Fiesta de la Raza. No faltaba quien preguntara ¿Cuál raza? Había que explicarle que era la nuestra. Esa que comienza a plasmarse con la hazaña de Isabel y Colón en 1492. La conmemoración la repudian indígenas e «indigenistas» . Sin embargo, en toda nuestra América los que se autodenominan «pueblos originarios» no pasan del 5% y de ese contingente apenas el 25% habla su dialecto. Lo predominante de Patagonia a México es la condición mestiza de los tres componentes fundantes: ibérico, amerindio y afronegro. Sin embargo, no hay un festejo equivalentes al Día Patrio. Peor aun, se intenta suprimirla.

EE. UU. da trascendencia al Día de Acción de Gracia -comienzo del poblamiento británico- más que al 4 de julio -Día de Independencia-. Ello quizás explique la sólida personalidad del Coloso del Norte. Pese a sus millones de inmigrantes consolida su perfil. No reniega de sus semillas, sino las exalta. Esto no es un detalle de calendario, sino un dato duro que, contrario sensu, podría explicar nuestro naufragio identitario. Se expresa en autodenigración, es decir, en un complejo de inferioridad y desconocimiento -o desprecio- por nuestras raíces. Ello reafirma el error de creer el país nacido en 1810 desconociendo -o abominando- de los tres siglos que lo anteceden.

N. de la R.
El profesor Pedro Godoy P., es miembro del Centro de Estudios Chilenos CEDECh.