Niños esclavos
Niños esclavos

 

Internacional
Alejandra Durrell (28/6/2014)
La noticia de que el gobierno de Bolivia ha aprobado que los niños de 10 años pueden trabajar como autónomos, o sea por “cuenta propia”, me ha revuelto las tripas. Sí, sí, las tripas. Es vergonzoso que el presidente boliviano, Evo Morales, y el senado boliviano haya llegado a este punto. De hecho, la ley que han aprobado, «Código Niño, Niña y Adolescente», recoge que a partir de los 10 años los niños pueden trabajar como autónomos, de esta forma el gobierno pretende legalizar una realidad social. ¿No hubiera sido mejor, más social, más justo y más equitativo, combatir esa terrible realidad?

No tengo duda alguna que con esa ley esos niños no van a salir nunca de la pobreza; es más, no van a poder ni asistir ni a la escuela.

Lo cierto es que la noticia no ha provocado manifestaciones en el mundo, ni los gobiernos occidentales han puesto el grito en el cielo. Otra cosa sería si, por ejemplo, la Venezuela de Nicolás Maduro, hubiera promulgado esa ley. ¡Drones preparados, hay que salvar a esos pobres niños!

Millones de niños en el mundo trabajan, y con menos de diez años. Trabajan en condiciones infrahumanas, con unos salarios (por llamarlo de alguna forma) vergonzosos, con unas jornadas larguísimas, con mala y escasa alimentación, en condiciones insalubres, etc. Esos millones de niños trabajan para empresas multinacionales, aunque “legalmente” lo hacen para otras, que a su vez son subcontratas de otras, para así crear una nube de papeleo que oculta la realidad.

Casi 170 millones de niños trabajan en el mundo en condiciones de auténtica esclavitud y ocho millones son esclavos en el sentido literal de la palabra.

La tragedia de Bangladesh, a causa del hundimiento de un edificio, acaecida en 2013, donde murieron más de más de 400 personas y más de mil resultaron heridas –en su mayoría jóvenes mujeres-, ocupó durante unos días espacio en los medios de comunicación y algunas horas en las conciencias de la personas. Ni hubo investigación seria sobre lo ocurrido, ni sentencias, ni indemnizaciones. Por no haber no hubo ni disculpas.

No mucho después, algunas ONGs promovieron un boicot a empresas españoles que trabajan en Bangladesh. Algunas de esas empresas son El Corte Inglés, Mango y Primark (Reino Unido/ Irlanda), Bon Marche (Reino Unido), Joe Fresh (Loblaws, Canadá).

La mayor fortuna de España según la revista Forbes es Amancio Ortega, que paga salarios de 178 euros mensuales en Marruecos a sus trabajadoras textiles, según han publicado prestigiosas ONGs que trabajan a favor de la infancia. Eso lo hace su empresa Inditex (Zara, Bershka, Stradivarius, Oysho, Uterqüe, Pull & Bear, Zara Home y Massimo Dutti). Pero los mismos salarios o menos los abona el Corté Inglés( Induyco), Cortefiel, Mango y muchas otras marcas que confeccionan su ropa en Marruecos y otros “paraísos laborales”.

Varias campañas han tratado de dar a conocer la terrible situación de los niños y jóvenes que trabajan para esas compañías y otras muchas, europeas y de Estados Unidos, por ejemplo. Campaña Ropa Limpia y Precio Justo son dos de esas campañas que tratan de dar a conocer a nivel mundial esa situación, pero ya se sabe, los oídos a veces están embadurnados por el cerumen.

Esos datos llegan al Parlamento Europeo, pero ya se sabe, la inmensa mayoría de los eurodiputados están más bien ocupados de cómo va su vergonzoso fondo de pensiones en una SICAV que en cualquier otro asunto.

El título de este breve texto ‘Como producir barato en una economía global’ lo he tomado de un archivo que circula por las redes sociales. Hay más de 60 fotografías de niños y niñas trabajando en todo tipo de actividades. Y yo me pregunto si a ustedes, vosotros y vosotras, os gustaría ver así a vuestros hijos, hermanos, familiares o amigos.NiñosNiños trabajando

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