StarbucksEstados Unidos
espacioseuropeos (10/11/2014)
SumOfus es un movimiento asociativo de consumidores, inversores y trabajadores que buscan contrarrestar el poder desmedido de las grandes corporaciones para “forjar una paz justa y un camino sostenible para la economía global”, según dice la página de Internet de esta asociación.

Según SumOfus, la empresa Starbucks piensa que el consumidor no tiene el derecho de saber lo que “hay en su café”, y se ha asociado con Monsanto para demandar al “pequeño estado de Vermont”, tratando de derogar la Ley 120 de dicho Estado que obliga a informar con precisión en el etiquetado sobre la naturaleza transgénica de algunos alimentos.

La Asociación de Fabricantes de Comestibles (GMA), un poderoso grupo de la industria alimentaria estadounidense, de la que Starbucks forma parte junto a más de 300 miembros, está detrás de la demanda en cuestión. En la página de Internet de esa asociación se muestra su postura sobre los alimentos modificados genéticamente y el etiquetado de los mismos.

La asociación SumOfus lucha para que Starbucks retire su apoyo a la demanda, y luego obligar a otras empresas a hacer lo mismo. A través de recoger firmas pretenden que Starbucks y Green Mountain Coffee  retiren su apoyo a la demanda en contra del estado de Vermont.

Vermont es un estado pequeño, totalmente rural, con apenas 600.000 personas. Este asunto es el clásico de David contra Goliat.

La petición hace referencia a la Ley 120 promulgada por Vermont, sometida a votación en abril de 2014 y promulgada el 8 de mayo de 2014. En virtud de las disposiciones de la nueva ley, Vermont está a punto de convertirse en el primer estado en exigir, a partir del 1 de julio de 2016, el etiquetado de todos los alimentos que contienen ingredientes modificados genéticamente.

El 13 de junio de 2014, la asociación GMA emitió un comunicado de prensa declarando su intención de impugnar la citada ley. En el comunicado, el grupo expresó su preocupación por el comercio y, sobre todo, porque más Estados podrían seguir el ejemplo de Vermont y así “afectar negativamente a la industria de los alimentos mediante la imposición de normas de etiquetado que según ellos no sirven a ningún interés de la salud o la seguridad”. 

La Asociación de Fabricantes de Comestibles (GMA),  Snack Food Association, Asociación Internacional de Productos Lácteos Alimentos y la Asociación Nacional de Fabricantes, presentaron una demanda en la Corte Federal de distrito en Vermont, “desafiando la ley de etiquetado de OGM obligatoria del estado”. 

GMA emitió una declaración: «la ley de etiquetado OGM obligatorio de Vermont es una medida costosa y equivocada que establecerá un precedente en la nación que se extenderá hacía  el resto de los 50 estados marcando las políticas de etiquetado de OGM y que según ellos no sirve en nada para mejorar la salud y seguridad de los consumidores”.

Uno de los argumentos de GMA es que la Ley 120 “excede la autoridad del Estado en virtud de la Constitución de los Estados Unidos”: «Ley 120 impone un nuevo discurso, es gravosa -requisitos y restricciones- que afectarán, para el condado de Vermont, a ocho de cada diez alimentos en el supermercado…”

La batalla entre las Corporaciones Multinacionales y los Estados acaba de empezar ¿quién ganará?