Albert Rivera.

España
José Luis Heras Celemín (23/1/2017)
No está claro que el miedo en Ciudadanos sea general ni que todos los afiliados estén siendo engañados. Pero, si es cierto lo que dicen algunos de sus afiliados, desde la cúpula del partido se está usando el miedo para justificar un proceder que no justifica nada, que coloca a C’s en una situación inaceptable en un Estado de Derecho, que inhabilita a su cúpula dirigente para actuar en una democracia moderna; y que compromete el futuro de una formación que llegó a la política española propugnando transparencia y rectitud y ahora está ‘amedrentada’, según denuncian desde dentro. 

Miedo o engaño. Los han advertido algunos afiliados del partido naranja en un sitio tan significado como la Asociación de la Prensa de Madrid. Allí, en su amplio Salón de Actos porque se preveía una asistencia masiva, el grupo de afiliados que se autodenomina TranC’sparencia convocó una rueda de Prensa con un título que era noticia: «TranC’sparencia denunciará que el Consejo General de Ciudadanos viola los Estatutos en un intento de blindar ilegalmente a Albert Rivera y su equipo».

Como estaba anunciado, en el acto, con 5 personas en la presidencia (José M. Romero, Diego Gutiérrez, Elena Jiménez, Pedro J. Martínez y la diputada del parlamento Andaluz, María del Carmen Prieto), se dio a conocer  la denuncia de violación de Estatutos del Consejo General de Ciudadanos. Con intervenciones ‘medidas’, se comunicó el contenido de una denuncia cuya literalidad, facilitada a petición, es la siguiente:

«El artículo 3.11.3 de los Estatutos de Ciudadanos vigentes a día de hoy, regula la elección del Comité Ejecutivo durante la Asamblea General. No obstante, el artículo 19 del Reglamento Precongresual ha regulado de diferente manera la elección del Comité Ejecutivo. El pasado 19 de noviembre se reunió el Consejo General acordando la propuesta de la ejecutiva para modificar los Estatutos. Según consta en el Acta de la reunión que figura en la Web de C’s, se aprobó la propuesta obteniendo 30 votos a favor y 13 votos en contra. En dicho Acta no consta el carácter de dicha reunión, ni la relación de los asistentes, ni tan siquiera las modificaciones propuestas ni las finalmente aprobadas. Según la Disposición Adicional Primera de los Estatutos del Partido, vigentes a día de hoy, es necesario que la modificación de Estatutos sea acordada por mayoría absoluta del Consejo General en reunión extraordinaria convocada expresamente al efecto. El artículo 3.11.3 de los Estatutos, en concordancia con el Reglamento del Consejo General, señala una composición de dicho Consejo de un mínimo de 65 miembros y un máximo de 70. Por lo que, aun desconociendo la composición actual del Consejo General, siempre que sea necesaria la mayoría absoluta se requeriría un mínimo de 33 votos, independientemente de cuál sea el número de miembros asistentes. Es por ello que los 30 votos favorables obtenidos por la propuesta de modificación, según consta en la citada Acta, NO son suficientes para llevar a cabo la modificación de Estatutos pretendida. Esto invalida cualquier acuerdo tomado al respecto, incluyendo la elección del Comité Ejecutivo fuera de la Asamblea General. Ante la nulidad de pleno de derecho de que adolece dicho acuerdo, TranC’sparencia ha solicitado que se declare nula la modificación de Estatutos recogida en el punto tercero del Acta de la reunión del Consejo General de Ciudadanos del 19 de noviembre de 2016, así como el artículo 19 del Reglamento Precongresual. Y por tanto, se ha solicitado también la suspensión inmediata del proceso de elección del Comité Ejecutivo ya iniciado».

En el texto se expresa lo que podría calificarse como ‘trifulca interna’ entre la dirección que encabeza Albert Rivera (que pretende evitar confrontaciones democráticas) y unos afiliados disconformes con un proceder que encuentran no conforme a derecho. Para solucionarlo unos y otros pueden velar por sus intereses y los del partido según les convenga.

Pero al margen de la trifulca, que consiste en interpretaciones distintas de normas internas que pudieran alterar resultados electorales y lesionar intereses políticos de afiliados, hay algo mucho más preocupante, que apareció a preguntas de la prensa:

Pablo Iglesias, Jordi Évole y Albert Rivera. Foto archivo.

Se hablaba de 65 miembros en el Consejo General; y a instancias de la prensa se matizó que sólo se conoce el nombre de 3 votantes del Consejo. Sobre el resto, se respondió que se desconocen los nombres porque ¡En Cataluña es peligroso ser de C’s. Si los señalan, peligran sus puestos de trabajo!  Por eso se ocultan nombres.

Inmediatamente, surgieron algunas certezas que no merecen disimulo pero sí amparo de interrogantes: ¿En un partido español, de 65 miembros, 62 son catalanes? ¿Esa es la pluralidad en el equipo de Rivera? ¿Se puede estar en política con miedo? ¿Hasta dónde llega el miedo? ¿Quiénes están amedrentados? ¿Protege el Estado español a los amedrentados en Cataluña? ¿Cómo condiciona el miedo la actividad política de C’s en España? ¿Tiene esto algo que ver con secretismos y las organizaciones secretas que no tienen cabida en la Constitución vigente?

A partir de ahí, el asunto trasciende a la trifulca entre conmilitones de una formación política y había que saber quien, desde la cúpula de C´s, había usado el ‘miedo’ para justificar la ‘ocultación de nombres’. No sin cierta reticencia, aparecieron: Un nombre cierto, Manuel García Bofill, y otros posibles que, por no estar contrastados, hay que amparar en el anonimato.

La noticia se amplió con: Las ‘razones de la diputada andaluza’ (Pusieron sus aspiraciones a la cola de la lista). El porqué de la presencia de afiliados de Valencia en el acto («Esto no pasa sólo en Madrid, pasa en todos los sitios»). El hastío de un afiliado alto funcionario del Banco de España (Dispuesto a abandonar el partido, «porque por mi currículo les estorbo». Motivo de baja de universitarios afiliados en Madrid («Es un fiasco. Esto se va al garete y les importan más sus mamandurrias»).

Tras no encontrar motivos para justificar el miedo, un incrédulo, que había leído la justificación ‘no estatutaria’ dada por la gente de Rivera (De los 65, algunos habían dimitido, sólo había 56 y usaron a su favor 30 aunque no basten según los Estatutos), encontró una alternativa que dijo en voz alta: «Si no hay 65 nombrados y aun así quieren llevarlo adelante, hay un engaño»

En definitiva, la optativa del título: ‘Miedo o engaño en Ciudadanos’.