Mariano Rajoy y Federíco Trillo.

España
Rafael Permuy López (10/1/2017)
No, Sr. Rajoy, no puede usted decir que “está todo sustanciado” en el sangrante caso de las víctimas de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yak-42, en Turquía.

No hay nada sustanciado, ya que las familias no han visto asumidas las responsabilidades políticas y morales, que le alcanzan de lleno a usted, como vicepresidente que era en el gobierno Aznar en aquellas fechas.

No hay nada sustanciado, porque jamás se pidió perdón a las familias por la pésima gestión realizada desde el ministerio de Defensa, dirigido por el inefable Minis-Trillo.

El de “¡Viva Honduras!”, “¡Manda huevos!” y “Al alba y con fuerte viento de Levante»… Ese, el de la arrogancia y la insultante chulería impune.

No hay nada sustanciado, porque no se ha investigado debidamente donde fueron quedándose las supuestas “mordidas” de los innumerable intermediarios de la contratación de los destartalados aviones destinados a transportar a nuestros soldados.

No hay nada sustanciado, porque no se ha investigado debidamente por qué se contrataban esos aviones que eran verdaderos “ataúdes colectivos volantes”, según denunciaban reiteradamente los militares que en ellos viajaban, y no se les hizo caso.

No hay nada sustanciado, porque determinados miembros de su gobierno, como el ministro de la “Injusticia”, el nefando Rafael Catalá, proclama a los cuatro vientos que “no hay que pedir perdón”, insultando y ofendiendo a las familias y a la memoria de los soldados muertos, y usted no le hace rectificar.

No hay nada sustanciado, porque no ha cesado usted inmediatamente al actual Embajador español en Londres, el Sr. Trillo Figueroa, que carece de cualquier catadura moral y ética para representar a los españoles en el Reino Unido.

No hay nada sustanciado, Sr. Rajoy, porque usted, con esa actitud de prepotencia, chulería e impunidad manifiesta, falta gravemente al respeto a las Fuerzas Armadas, a los soldados que dieron su vida por la Patria verdadera, no la “suya”, y a sus dolientes familias, que aun continúan sufriendo, ante la falta de justicia.

No hay nada sustanciado, Sr. Presidente, hasta que verdaderamente resuelva y “sustancie” lo que le demanda una inmensa mayoría de ciudadanos de este país, asqueados ante su insultante actitud de “aquí no ha pasado nada (…) y ya tal…”, a la que nos tiene muy acostumbrados.

Por eso hay que decir de una vez: ¡Basta ya Sr. Presidente!  Haga Justicia de una vez por todas.

N. de la R.
El autor es Periodista y Comandante de Artillería (Rt).


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