Blanco bueno busca negro pobre.

España
Espacios Europeos (7/2/2018)
´Blanco bueno busca negro pobre´, publicado por Editorial: ROCA EDITORIAL DE LIBROS, es una crítica a los organismos de cooperación y las ONGs. Dicho así, de sopetón, suena un tanto duro. En 224 páginas, Gustau Nerín, antropólogo, historiador y escritor, nos pone al tanto, desde su punto de vista y experiencia, de lo que acontece en torno a los organismos de cooperación y ONGs.

Hace cincuenta años que se inició la cooperación. Cincuenta años que no han servido para tanto como nos creemos. Europa ha demostrado ser un pozo sin fondo de donantes y África, un pozo sin fondo de fracasos. Por ineptitud, por poca sostenibilidad, por corrupción, por intereses ocultos, por ignorancia de las formas de vida africanas… Aún así ha calado la idea de que los problemas africanos se solucionarán con proyectos de desarrollo, que la opinión pública juzga por las buenas intenciones y no por los buenos resultados.

En Blanco bueno busca negro pobre, Gustau Nerín, con excepcional conocimiento del continente africano, desmitifica la cooperación internacional. A través de su propia experiencia, y con argumentos económicos, sociológicos, morales y, cómo no, antropológicos pone en entredicho las bondades de las ONG y las ayudas oficiales para el desarrollo.

En este libro, su autor nos “advierten” que no pretende hacer una crítica a los cooperantes. Sería demasiado fácil personificar los males de la cooperación y atribuirlos a aquellas personas que trabajan en África en el mundo de la ayuda, cuando el problema, en realidad, no radica en ellos, sino en el sistema de cooperación (en consecuencia, las responsabilidades están muy repartidas). Entre los cooperantes hay gente tan competente y tan generosa como entre los repartidores de butano entre ellos gente tan incompetente y tan malévola como entre los abogados, los panaderos o los cajeros de supermercado. Hay cooperantes que son conscientes de las deficiencias del sistema de cooperación internacional y luchan por modificarlo y lograr unas relaciones más justas entre África y Occidente. En realidad, algunos de ellos han colaborado en la redacción de este libro. Quiero expresarles aquí mi agradecimiento y hacerlo extensivo a todos los amigos que, en África o en Europa, me han ayudado a la redacción de este texto.