España
A. F. (14/10/2020)
Que la situación económica española es mala, no hace falta que nos lo venga a decir cualquiera de los muchos organismos internacionales que se dedican a analizar el estado de la economía mundial. Pero ahora ha sido el FMI el que afirma que la caída de nuestro  PIB será del 12,8% para este año, a la vez que pronostica que nuestra mejora alcanzará como mucho el 0,9 en 2021.

Las previsiones son que España sufrirá un tremendo desplome del PIB, el peor de los países desarrollados.

Lo peor de esto son las recomendaciones que hace el FMI para mejorar la economía española, que es impulsar y fomentar la “flexibilidad salarial continua”, además de otros tipos de reformas en el empleo.

Por si fuera poco, la deuda pública española se situará en el año 2021 en el 114% del PIB, la más alta alcanzada hasta ahora.

La tragedia de esta situación nos la muestra el Banco de Alimentos y las asociaciones que se dedican a suministrar alimentos, que ven como se les vacían sus almacenes cada día. Ya no son migrantes y parados de larga duración los que se acercan a diario a esas ONGs, sino que, a causa de la pandemia y la nefasta gestión política, son trabajadores con un ERTE encima de sus espaldas. Son personas con bajos salarios  y empleos precarios que no pueden afrontar la actual situación. Y el número no deja de crecer.

Sin embargo, el gobierno de Pedro Sánchez parece no darse cuenta de esta tragedia. La llegada de fondos europeos la espera el gobierno del PSOE-Unidas Podemos como su único salvavidas.  

Asimismo, las previsiones empresariales son también negativas, ya que se espera que en este otoño la cifra de empresas y autónomos que entren en crisis o que se vean obligadas a cerrar, vaya a aumentar de forma importante.

La COVID-19, el desempleo, las desigualdades sociales, la importante recesión en la que se encuentra nuestra economía, parecen no importarles a los líderes políticos. Enfrascados en sus peleas por el poder, dejan atrás el intentar resolver esos problemas, y así nos va.