España
José Luis Heras Celemín (22/11/2022)
Aquí no venimos a que nos conteste, venimos a preguntar. La ministra de Igualdad de UP, a pesar de todo, lo mismo hasta viene. La densidad de corbata por metro cuadrado en la extrema izquierda marca la sumisión a Pedro Sánchez, sin consideración al invierno, ni al cambio climático. Se besan mucho e igual, pero la diferencia entre Podemos y +Madrid es su condición urbanita. Otra vez las candidaturas de izquierda muestran que entre ellos está diseminado y hasta inseminado el conflicto.
La reseña o crónica estaba definida antes de empezar. En la puerta del Hotel Palace, había una dotación impropia de la convocatoria a un acto protagonizado por Alejandra Jacinto, candidata de Unidas Podemos a la Presidencia de la CAM. A la pregunta en voz baja al agente: ‘¿Por Podemos?’, él respondió: ‘No -con sonrisa- en el hotel están los americanos de la OTAN’.
El hombre, con uniforme o sin él para no señalar, informaba, sin saberlo o adrede, que las fuerzas de seguridad del Estado encargadas de la seguridad de altos cargos no estaban allí por la Vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz o la ministra de Igualdad Irene Montero, que podrían arropar a su compañera de partido. En consecuencia, para los que se encargan de la seguridad de miembros del Gobierno, las dos ministras no iban ni se esperaban. Los comentarios en una de las mesas ocupadas por la prensa, reseñados en la entradilla, daban cuenta de la disposición en la sala, la expectación medida de los que asistían o faltaban y el ambiente.
Presentó Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable de Economía de Unidas Podemos que, usando el momento y abusando de la situación y el micrófono, optó por impartir, o algo parecido, un magisterio con reminiscencias del pasado, invadiendo temas que debería haber reservado para la candidata. Batiburrillo de frases hechas, incluso destrozadas; eslóganes antiguos fuera de ocasión y siglo; y propuestas, más que utópicas, para ángeles, arcángeles, dominaciones, potestades y hasta tronos angélicos, posiblemente conciliables con una monarquía nacional que no recordó.
Cuando Jacinto tomó el micro, de entrada, PP. Por delante, después y al final de su primera intervención. ‘Si los populares pudieran elegir un comienzo de campaña, no encontrarían nada mejor que Nacho Álvarez y Alejandra Jacinto’, dijo alguién. Pasado el primer lote preparado, con chorreo adverso de voluntades decantadas o asustadas, por convicción o miedo al ‘adónde vamos con esto’, las preguntas: Podemos o + Madrid. La ley del sí es sí, medio o casi no. Posible reciclaje de jueces, ‘pacaprendan’. Ley de memoria, o desmemoria histórica. Electricidad en la Cañada Real. Sanidad, presupuesto y huelga en Madrid. Hipotecas y desahucios. Operación Chamartín y Las Tablas. Vivienda social. Ayudas al transporte público, Renfe. Blindaje del servicio público del taxi. Las respuestas, trufadas con añadidos incluidos de forma subrepticia, tenían un propósito claro: Colar morcillas al margen de las preguntas.
Entresacando el grano de la paja, en atención a lo que se peguntaba, algunos apuntes: Unión de toda la izquierda madrileña, para ver el qué y el cómo para desalojar a Ayuso. Condena al ataque a compañeras del ministerio de Igualdad. Aplicar la Ley de Memoria histórica como ley contra el fascismo.
No a la vulneración del derecho a la vivienda. La primera idea y el programa del PP es un mundo de negociación. Lo más grave del Plan PP son las consecuencias de desigualdad de personas y territorios. Las manifestaciones de ayer no deberían tener cabida en una democracia. En Madrid se ha vendido vivienda social. Que la banca gane menos para que los ciudadanos vivan mejor. Madrid no debe crecer. La apuesta por el desarrollo urbanístico es un error. Valdebebas y Las Tablas tienen falta de dotaciones públicas. Ley de barrios. 6.000 sanitarios menos. Lo de la semana pasada es una moción de censura al Plan Ayuso. No es mala gestión de Ayuso, es un plan para externalizar. El transporte español debe organizarse para que no pase todo por Madrid. La mayoría de las interpretaciones judiciales coinciden con lo que queremos. Si no lo interpretamos así, sesgamos el debate. Retardísimo para atender el cambio climático. Coalición entre las fuerzas progresistas. Abrir una integración social. Yolanda (Díaz) es la mejor candidata y la mejor ministra de trabajo. Pablo Iglesias es un amigo que ha sido y seguirá siendo una persona indispensable para entender a este país. En el turno para la ‘ultima palabra, Alejandra Jacinto fue concisa: “Hasta ahí”.
Al terminar, en la puerta, lluvia y dos frases: De un lince invidente, el analista más fino que hay en la izquierda política madrileña: Ha ido tan deprisa que no saca provecho a lo que dice.
De un genio en el periodismo y análisis político, que define el acto y regala el título: Chivo esquilao, podemos.
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