Internacional
Ángel Luis Martín (24/8/2024)
El acuerdo de Haavara, que significa traslado, en hebreo, fue firmado en agosto de 1933. Los firmantes fueron:
La Federación Sionista de Alemania, el Banco Anglo-Palestino y las autoridades nazis de Alemania.
La finalidad: la emigración de los judíos alemanes a Palestina, bajo dominio británico.
El acuerdo contemplaba la colaboración del sionismo con el régimen nazi para facilitar la situación económica alemana que pasaba por malos momentos debido a un semibloqueo internacional, especialmente de la banca de Estados Unidos y de potentes financieros judíos. Igualmente, se procuraba un lavado de imagen mundial respecto del antisemitismo y el racismo, característicos de la ideología nazi. Es fundamental tener en cuenta el año al cual nos referimos, anterior por supuesto, a la infame Solución Final.
En base a este acuerdo, se estima en 60.000, los judíos que emigraron a Palestina.
Hubo disidencias, tanto en el campo judío como en el propio partido nazi.
Todas las cuestiones y pormenores fueron negociadas por Adolf Eichmann: el que más tarde fuera el gran organizador de la Solución Final, secuestrado en los años sesenta, en Argentina, por el servicio secreto israelí y en cuyo juicio en Jerusalén quedó probada su participación en el acuerdo de Haavara.
Los nazis organizaron los viajes y los barcos llegados a Palestina portaban la bandera de la esvástica.
Las SA, milicias de la camisa parda del partido nazi y que más tarde fueron absorbidas en las SS, organizaron campos de entrenamiento para adiestrar a las juventudes sionistas, así como imprimir propaganda respecto del proyecto de Palestina, su difusión y organización de actos.
El interesante antecedente del acuerdo de Haavara está en Hanotea, empresa de cítricos, una compañía sionista: por un acuerdo con el gobierno nazi alemán, en el mismo año de 1933, esta empresa se haría con dinero de los futuros emigrantes para comprar bienes alemanes que serían enviados a Palestina y una vez allí, los comerciantes de la importación comprarían los bienes de los inmigrantes, liquidando sus inversiones.
Sam Cohen, relacionado con Hanotea y judío sionista, fue el negociador con los nazis.
Esta operación comercial que resultó un éxito, fue la antesala del acuerdo de Haavara, en el que destacó el director del Banco Anglo-Palestino, Eliezer Hoofien.
Los emigrantes judíos podrían comprar bienes o mercancías alemanas, salvando sus bienes personales dejados en Alemania. Entre 1933 y 1937, alrededor de 22,500.000 $ en mercancías fueron exportadas desde fábricas alemanas a Palestina, bajo dominio inglés.
Emigrantes judíos, con capital de mil libras esterlinas, y pese a las restricciones británicas, no tuvieron ningún problema para establecerse en Palestina.
Desde el punto de vista nazi, la solución al “problema judío” era Palestina. El personaje que más apoyó el proyecto fue Werner Otto von Hentig; no contó con un apoyo abierto de Adolf Hitler pero tampoco con su oposición.
Con la invasión de Polonia, en septiembre de 1939 y el inicio de la guerra mundial, terminó de aplicarse el acuerdo de Haavara.
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