Mohammad Radio Lelilí, en su etapa de periodista en Rabat y quemando su pasaporte marroquí

Sáhara Occidental
Ibrahim Baba Yosef (9/4/2025)
Con motivo de la VI Asamblea de la Liga de Periodistas y Escritores Saharauis en Europa, que tuvo lugar los días 4 y 5 de este mes de abril en Vitoria (País Vasco), tuve la oportunidad –y placer- de encontrarme con numerosos amigos, activistas y periodistas saharauis, entre ellos Mohamed Radio Lelilí, que amablemente atendió a nuestro requerimiento de entrevistarle.

Muhammad Radio Lelilí, nacido en 1975, en la ciudad de Cuelmo, obtuvo el título de bachillerato en El Aaiún en 1995. Más tarde se trasladó a Rabat para continuar su formación en la Universidad, donde obtuvo un diploma de estudios avanzados. Formación de posgrado en 2006, en sociología, especialización en medios de comunicación. En el año 1999 se incorpora a la Radio Nacional de Marruecos como periodista en el departamento central en la capital marroquí, Rabat.

En 2001 fue nombrado corresponsal para asuntos económicos y políticos del canal MBC. Posteriormente fue nombrado periodista de la Televisión Nacional Marroquí, en el Canal 1 y en 2002, gracias a sus cualificaciones profesionales, fue homologado como presentador de informativos en la televisión marroquí hasta el año 2013. La labor del periodista Radio Lelilí no se limitó a presentar los informativos, si no que trabajó como productor de muchas programas de radiodifusión y televisión, para la radio y la televisión marroquí desde 1999 hasta 2013. Su productiva labor se vio coronada con el Premio en el Festival de Cine Documental Al Gasera en 2006 en Qatar. Entre 2002 y 2013, fue corresponsal de la Televisión, acompañando a jefes de gobierno y ministros, donde cubrió las actividades e las delegaciones oficiales marroquíes en varios países, incluida Estados Unidos, México, Chile, Mauritania, Gaza, España, Francia, Países Bajos, Italia… y en 2010 se convirtió en el presentador del canal Al-Alan de Teherán.

Los informativos presentados por Radi Lelilí obtuvieron el mayor índice de audiencia. De 2008 a 2013, superó a todos los presentadores de noticias marroquíes en los canales 1 y 2. De 2007 a 2010, cubrió todas las rondas de negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario habidas en la ciudad estadounidense de Manhasset.

En 2013 fue expulsado arbitrariamente de su trabajo, le recortaron su salario mensual sin ningún fundamento legal y se le impidió por la fuerza entrar en las sedes de la radio y televisión.

Como resultado de esa situación organizó en Marruecos y el Sáhara Occidental varias protestas para reclamar sus legítimos derechos. En 2013, los servicios de seguridad marroquíes intentaron acusarle de tráfico de drogas con el objetivo de que ingresara en prisión. En 2016, fue detenido y conducido a la comisaría de policía de la ciudad marroquí de Salé.

La prensa de Marruecos lanzó una campaña mediática contra él, acusándole de espiar para Argelia. A raíz de este acoso, el periodista saharaui huyó a Francia pues su vida corría peligro. En Francia obtuvo asilo político en 2018. Desde su presencia en el país galo, presentó más de 40 denuncias ante la las autoridades del país por amenazas de muerte y difamación. A finales de 2020, los servicios de inteligencia marroquíes, tanto civiles como militares, presentaron una denuncia contra él en Marruecos, en la que se le acusaba de dañar la reputación de las instituciones.

Nuestro entrevistado ha tenido interés en que se detallen las fechas de su proceso profesional hasta su actual activismo en pos de la liberación del pueblo saharaui. Y así lo muestra en las redes sociales donde  acumula miles de visitas.

P- En primer lugar, nos gustaría agradecerle por aceptar nuestra invitación para realizar esta entrevista.
R-
Es un honor para mí y le agradezco que me den la oportunidad de dirigirme a la opinión pública española y poner de relieve el sufrimiento de los saharauis en los territorios ocupados.

P- ¿Cómo recuerda su etapa en el Sáhara Occidental antes de ir a Marruecos a estudiar?
R-
Al igual que otras familias saharauis, viví mi infancia con una sensación de miedo, de temor, los saharauis eran secuestrados, abusados y arrojados a prisiones secretas sin juicio alguno. Todavía recuerdo el sufrimiento de las familias debido a su falta de comunicación con sus seres queridos que se encontraban detenidos o encarcelados. Muchos eran arrestados, simplemente por el hecho de preguntar,  por conocer dónde se encontraban sus familiares. Aunque cueste creerlo, eso se consideraba un delito; ahora también.

Recuerdo que nos reuníamos en secreto para escuchar Radio Saharaui para seguir las noticias y conocer las novedades del tema nacional. Tenía una imagen de la opresión del régimen marroquí y de sus crímenes cometidos con el pueblo saharaui. Por otro lado, el Frente Polisario estaba demostrando su capacidad como organización política experimentada, que defiende al pueblo saharaui y es capaz de infiltrarse en la administración marroquí,  transmitiendo todo lo nuevo que sucede en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental.

P- ¿Para nuestros lectores españoles y europeos, quizás no es fácil entender que un saharaui sea bien acogido en Marruecos?
R- 
Para ser más específico, nunca fui bien acogido en Marruecos, pero tenían deseos de explotación política, y aquí hay que señalar que en 1996 tuve un mes de formación en la Radio Central de Rabat con dos marroquíes, y durante el período de esa formación demostré competencia en elocuencia y buena difusión, además de capacidad de integración dentro del cuerpo periodístico hasta el punto que mis jefes directos pidieron incluirme en el equipo del estudio, pero pese a ello, más tarde fui expulsado y los marroquíes se quedaron.

En julio de 1999, presenté otra solicitud para unirme a la radio y la televisión marroquíes, y dos semanas después, comenzó el período de formación en el estudio, que continuó durante seis años y medio sin percibir un salario oficial; me daban unos 130/150 euros y después 600. En 2006, estaba empleado sin tener en cuenta 6 años y medio de antigüedad, sin firmar contrato de trabajo y con un salario exiguo de hasta 1.200 euros, mientras que los presentadores de noticias marroquíes reciben salarios que pueden llegar a los 3.000 o 4.000 euros. En 2013, fui despedido arbitrariamente sin que se llegara a una decisión documentada hasta el día de hoy.

P-¿Tuvo problemas en Marruecos siendo saharaui, con sus profesores o compañeros de estudios?
R-
 Durante nuestros estudios universitarios fuimos víctimas de un conjunto de prácticas que demuestran el odio de la administración marroquí al pueblo saharaui. Entre esas prácticas, privar a la mayoría de los estudiantes saharauis de la residencia universitaria, ya que solíamos entrar en la residencia después de ofrecer un soborno a los guardias del distrito universitario (policías vestidos de civil). Sufrimos las penurias y los gastos de transporte debido a la distancia entre las sedes universitarias y el Sáhara Occidental que podría alcanzar los 1.200 km.

Las becas de los estudios no superaban los 50 euros al mes. Además sufrimos actos de violencia y acoso por parte de estudiantes marroquíes dentro y fuera de las universidades y después de graduarnos y obtener el título, comenzaba el viaje de sufrimiento en busca de trabajo.

P-¿Tuvo problemas en el trabajo en la televisión estatal marroquí?
R-
Los cuadros saharauis que ocupan puestos sensibles en el Estado marroquí siguen siendo objeto de sospecha porque son plenamente conscientes de que el saharaui, por muchas condiciones de vida que le empujen a trabajar en la administración marroquí, seguirá vinculado a su causa nacional. En este contexto, y refiriéndose a mi experiencia personal, como le he dicho, fui suspendido del trabajo en el año 2001 tras ser acusado de publicar intencionadamente un reportaje de prensa mostrando la bandera nacional saharaui, aunque la responsabilidad en este asunto recaía sobre todos los encargados de la edición, el editor jefe y el director editorial, todos optaron por acusarme. Soy responsable de lo sucedido porque soy saharaui.

En 2004, las autoridades marroquíes se negaron a concederme el pasaporte a pesar de que la televisión marroquí me había asignado una misión en Japón. En medio de esta situación, recibía un salario pequeño en comparación con el que percibían los periodistas marroquíes. En 2010, fui sometido a varias prácticas restrictivas, después de que decidí vivir una nueva experiencia en el canal Al-Alam de Teherán. En 2011, Fátima Al-Baroudi fue nombrada directora de noticias. Por cierto, carece de cualificación y competencia profesional, y pasó más de seis años como empleada fantasma, aprovechándose de que su marido era el director de las actividades del rey en la televisión marroquí.

Ibrahim Baba Yosef y Mohammad Radio Lelilí

Por su forma de tratarme, me di cuenta de que a ella le habían asignado la tarea de preparar mi expulsión. Efectivamente, así fue, y como esperaba empezó una compaña de provocación contra mi persona y para distorsionar mi forma de trabajar. De hecho, comenzó a interferir en el núcleo de mi trabajo, como escribir titulares y boletines y espiar mi portátil de trabajo. Me ha impedido cubrir y presentar eventos importantes que solía presentar anteriormente, como elecciones, y me privó de viajar al extranjero, y en el caso de que tuviera que salir a trabajar fuera de Marruecos, me descontaba el 50% de mis primas económicas.

La serie de provocaciones continuó hasta que fui expulsado en 2013.

P-Ha debido ser my interesante haber estado presente en las negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos en la ciudad de Manase, ¿puede decirnos algunas cosas que desconozca el público?
R-
Antes de responder a su pregunta, debo decirle que inmediatamente después de que me designaran para cubrir la primera ronda de negociaciones, un funcionario de seguridad se desplazó a la ciudad de Cuelmo, entrevistó a mi padrastro y llevó a cabo con él una investigación detallada sobre mi infancia,  mis intereses y mi vida personal y política, ¿muy curioso?

Volviendo a su pregunta, tras nuestra llegada a Manhasset, nos sorprendió que la delegación marroquí, colocara deliberadamente a los periodistas de los medios audiovisuales en un hotel alejado de la residencia de la delegación marroquí, por no enterarse o filtrar alguna noticia, mientras que los corresponsales de la prensa escrita se hospedan en el mismo hotel que la delegación oficial, para controlar lo que publicará esa prensa. Durante nuestra estancia allí, notamos el despilfarro en el gasto, ya que la delegación marroquí se alojaba en los hoteles más lujosos de la zona de Street House. Varios medios de comunicación internacionales también señalaron la constante relación entre la delegación del Frente Polisario y la prensa, mientras que el contacto con la delegación marroquí fue  muy escaso.

La mayoría de los observadores interpretaron que la diferencia entre las dos delegaciones era que la saharaui disponía de independencia, mientras que la marroquí siempre estaba esperando instrucciones de Rabat. Lo que me llamó la atención fue la estancia de Chalina OuldRachid y Maa El Ainine (saharauis de la delegación marroquí) con Mohamed Yassine Al Mansouri, director general de la Inteligencia marroquí, en el mismo hotel, lo que indica la falta de confianza de Marruecos incluso en los saharauis defensores de la propuesta marroquí. Una vez finalizadas las negociaciones, KhalihnaOuldRachid y Maa El Ainine aprovecharon el viaje de Mansouri y celebraron una noche de fiesta con prostitutas procedentes de países del Este de Europa.

N. de la R:
 En la segunda pate de esta entrevista se ahonda en la intensa actividad que el entrevistado lleva a cabo en la actualidad.

 


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