La Leyenda Negra antiespañola
Hispanoamérica
Pedro Godoy P. (23/3/2015)
La erosión de nuestra identidad comienza temprano con la leyenda negra. La plasma el Padre Las Casas. La usan los emancipadores para legitimar la ruptura con Madrid. En el siglo XX la estimula Hollywood, la escuela y el texto. Hoy la TV estimula la gringomanía cuyo reverso es la hispanofobia. El efecto: autodenigrarse por no ser longilineos, blodos y de ojos azules en el mundo femenino el paradigma es Barbie. El vigor económico de EEUU y Europa que se muestra en la pantalla y que fluye de lo enseñado en el aula y del imaginario colectivo refuerza ese desdén por lo propio.
Resulta frecuente que la pereza se atribuya a los ancestros propios. Estos no podían generar progenie dinámica y aseada. La piel olivácea y el pelo azabache se identifican con la siesta y con la mugre.
El repiqueteo continúa con ucronías que legitima el docente al lamentar que no nos colonizaran británicos, holandeses –por último- franceses o italianos. Se redondea el enfoque con la lapida en que se