Acuerdo de Paz entre Francia y la Villa de Líjar en Almería
Acuerdo de Paz entre Francia y la Villa de Líjar en Almería

Mi Columna
Eugenio  Pordomingo  (15/10/2011)
De emisora en emisora de radio, mira por donde me encuentro en el programa de RNE (Radio Nacional de España), Días como hoy, que dirige Juan Ramón Lucas, a la periodista Nieves Concostrina, perorando sobre una histórica hazaña que aconteció en una pequeña villa de Almería llamada Líjar.

El caso es que el Ayuntamiento de Líjar declaró la guerra a los franceses tal que un día como ayer del mes de octubre, pero del año 1883.  Para no expresar algún desatino o realizar interpretaciones incorrecta de los hechos que acaecieron, he aquí lo que sucedió ese memorable día, según documentos fehacientes.

Traducción literal del Acta de la Declaración de la guerra a Francia

Sesión Ordinaria de 14 de octubre de 1883
Srs. Del Ayuntamiento Miguel García Saez. Juan Martínez. Daniel Molina. Nazario Saez. Juan Diaz. Raimundo Lopez. Francisco Martínez. Antonio Martínez. Andrés Martínez. Francisco García.

En la villa de Líjar a catorce de octubre de mil ochocientos ochenta y tres, reunidos los Srs. Del Ayuntamiento que al final suscriben, en Sala Capitular y Sesión Ordinaria bajo la presencia del Sr. Alcalde D. Miguel García Saez.

Abierta la sesión se dio lectura de la acta de la anterior y se aprobó por unanimidad.
Se dio cuenta de cuantas órdenes se han recibido en la semana y se acordó su cumplimiento por quien corresponda.
Por el Presidente se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por la Ciudad de París, el Rey D. Alfonso
(Alfonso XII) de regreso de su viaje el día veinte y nueve de septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación Francesa.
Que el más insignificante Pueblo de la Sierra de los Filabres, debe de protestar en contra de semejante atentado, y hacer presente, recordar y publicar, que solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por si sola treinta franceses que se albergaron, cuando la invasión del año ocho en su casa. Que este ejemplo solo, es muy bastante para que sepan los habitantes del Territorio Frances, que el pueblo de Líjar, que se compone únicamente de trescientos vecinos y seiscientos hombres útiles, está dispuesto a declararle guerra a toda la Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa. Pues es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene en la nada menos que un León. Cuenta la Historia Española, un Sagunto, un San Marcial, Bailén, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles.
Que un Carlos Primero de España, supo hacer prisionero a un Rey Francés, y cuando lo guardaba en Castilla, con cuantas consideraciones se albergan únicamente en pechos Españoles, supo el solo atravesar, la Francia aterrorizando con su figura el Mundo. Que también hubo un Felipe Segundo, que en su reinado supo abarcar de uno a otro confín de la Tierra y que ahora, cuando el Pueblo de España, no cuenta ni con un Gonzalo de Córdoba, ni con un D. Juan Chacón, ni con un Conde de Gabia, ni un Dureña Ponce, hay todavía vergüenza y valor para hacer desaparecer del mapa de los Continentes a la Cobarde Nación Francesa.
El Ayuntamiento tomando en consideración lo expuesto por el Alcalde, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado en forma debida directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución.
No teniendo ninguna otra cosa que acordar, se levantó la Sesión, estampando la presente acta, que firman los Srs que sabían y los que no signan, de que yo el Secretario Certifico.

Cien años después, en 1983, el alcalde, Diego Sánchez Cortés, -socialista, por cierto-, cito al cónsul feraces y firmaron la paz. He aquí el Acta de ese acto:

Acta de la firma del
Tratado de Paz  

En la villa de Líjar, provincia de Almería, siendo las doce horas del día treinta de Octubre de mil novecientos ochenta y tres.
Reunidos en la plaza pública de esta villa, por una parte los representantes de la Nación Francesa, en las personas del cónsul y vicecónsul de Málaga y Almería, y por otra la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Líjar, presidido por su Alcalde D. Diego Sánchez Cortés, siendo testigos de excepción autoridades civiles y militares de la provincia.

Se acuerda firmar la Paz entre Líjar y Francia, tras cien años de guerra incruenta, declarada por este Ayuntamiento el catorce de Octubre de mil ochocientos ochenta y tres.

Y para dejar constancia firman de una parte los representantes del Estado Francés, y de la otra la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Líjar, firmando como testigos de excepción autoridades civiles y militares de la provincia y toda la población de Líja, de lo que yo la secretaria certifico.

Ahora, las cosas hubieran sido distintas. Primero, Francia nos habría exigido pedir perdón por tamaña osadía; y, segundo, le hubiéramos tenido que ceder el negocio de la alimentación y el automóvil. Además, se hubiera creado una costosa comisión para estudiar la «petición de perdón» y la firma del Acta de fin de la declaración de guerra. Se habría contratado por un montón de millones de euros, por supuesto a una multinacional parisina de publicidad e imagen, el tratamiento de ese evento. Después vendrían, las ´mordidas´, las ´coimas´, que se entregarían en una apartada gasolinera o, quizás, en una hípica manchega.

Y es que los tiempos cambian que es una barbaridad…