Zidane Zeraoui (3/4/2008)
El enfoque asistencialista de dar dinero a los pobres, no resuelve por sí solo la pobreza. Pero la idea del préstamo de los microcréditos sí se ha convertido en un instrumento eficaz.
LA POBREZA NO ES CREADA POR LOS POBRES, es creada por el sistema que nosotros hemos creado, por las instituciones que hemos instituido, por las políticas por los conceptos que hemos diseñado. Con estas frases, Mohammed Yunus inició la conferencia que impartió recientemente en el auditorio del Tecnológico de Monterrey, México, frente a una audiencia de más de 2.500 personas.
«Mientras que la lógica bancaria es prestar a los que sí tienen para garantizar el regreso de los fondos, el economista bengalí propone prestar a los que no tienen». Mohammed Yunus, premio Nobel de la Paz 2006, tiene una larga trayectoria en las actividades sociales de su país, que por su trabajo y sus ideas lo hacen más meritorio del Nobel de economía, pero, por su obra, de un Nobel a inventar: el Nobel de los pobres.
El académico bengalí, que estudió en Estados Unidos Economía, después de salir de Chittagong, Bangladesh, residió en Estados Unidos por un largo periodo para terminar con un doctorado en Economía. Los principales aportes de Yunus residen en su planteamiento opuesto a la teoría económica, es decir, haber cambiado los paradigmas clásicos del sistema financiero. Mientras que la lógica bancaria es prestar a los que sí tienen para garantizar el regreso de los fondos (que no siempre se logra cuando uno ve las carteras vencidas de las instituciones financieras), el economista bengalí propone prestar a los que no tienen, crear el sistema de los microcréditos para impulsar al sector pobre a generar su propia subsistencia.
MEJOR QUE DAR, PRESTAR
«Se trata de usar los fondos recibidos para generar ganancias y convertirse en un micro-empresario con responsabilidad económica para devolver el dinero prestado». Detrás de la posición de Yunus residen varios factores. El primero es romper con las políticas asistencialistas. Dar dinero a los necesitados empeora más sus condiciones, no tanto económicas, sino psicológicas porque hace de esta gente un grupo acostumbrado a recibir sin esfuerzo, a pedir dádivas y no tratar de romper el ciclo de la dependencia con los pudientes. La idea de los microcréditos se ha convertido en un instrumento de la lucha contra la pobreza y sobre todo la extrema pobreza.
El segundo elemento que propone el economista es en lugar de dar dinero, prestarlo. Aparentemente, su posición puede parecer más egoísta y poco altruista, pero en el fondo se trata de responsabilizar al pobre a utilizar los fondos recibidos para generar un proceso de ganancias y convertirse en un micro-empresario con responsabilidad económica para devolver el dinero prestado. «Prestar dinero ennoblece tanto a quien da como a quien recibe». Se trata simplemente de prestar y no dar, aunque sea la misma cantidad monetario.
El cambio de paradigma, de convertir al pobre no en una persona asistida, sino en un agente económico, es central en la filosofía de Yunus. El prestar dinero ennoblece tanto a quien da como a quien recibe, obviamente, sin intereses usureros.
CRÍTICA AL ASISTENCIALISMO
«La crítica al asistencialismo se centra en su no-productividad y en el mantenimiento permanente de la pobreza asistida». Con estos planteamientos, Mohammed Yunus rompe la idea tradicional de la economía clásica de prestar solamente a los que pueden garantizar el pago del préstamo y deja de lado el paradigma asistencialista para hacer del pobre su propio instrumento para salir de su estado de pobreza y no un ente que debe su sobrevivencia a la generosidad de otro.
Partiendo de estas ideas, el profesor de Economía cuestiona las acciones de la ONGs enfocadas a la asistencia a las clases marginadas por su ineficiencia. Se trata de educar a los pobres para hacerlos corresponsables de su actividad remunerada. Su crítica al asistencialismo se centra en la no-productividad de estas acciones y en el mantenimiento permanente de la pobreza asistida. «La filosofía de Yunus difícilmente puede exportarse de forma indiscriminada a otras culturas».
Por sus éxitos en la erradicación de la pobreza en Bangladesh, el propio gobierno del país y varias asociaciones lo propusieron para reemplazar en su época a Butros Ghali, al terminar su mandato como Secretario General de la Organización de Naciones Unidas. Pero Yunus se negó a abandonar su trabajo con los pobres, porque, como dice, ser Secretario General de la ONU es tener una armadura que impide actuar de cerca a favor de los más desfavorecidos.
LIMITACIONES DE LOS MICROCRÉDITOS
«La cultura asiática se centra en la comunidad; ello permite que sea la presión social la que lleve al pago del crédito para que pueda servir a otras personas». El trabajo realizado por Yunus ha logrado tener un gran impacto económico-social tanto en su país como en la India, es decir, la idea de los microcréditos.
Sin embargo, su filosofía difícilmente pueda exportarse de una manera indiscriminada a otras culturas. En primer lugar, los niveles de pobreza son diferentes entre Bangladesh y América Latina, por ejemplo. Ser pobre en el continente latinoamericano tiene una connotación distinta que en Asia, en donde la miseria se extiende sobre un gran sector de la población.
En segundo lugar, «Yunus merece el Nobel de economía más que de la paz, por cambiar los paradigmas clásicos de los préstamos y su función en la lucha contra la pobreza» en Bangladesh un microcrédito de 10 ó 20 dólares puede permitir a una familia encontrar una actividad que le permita trabajar por su propia cuenta. En los países latinoamericanos debemos hablar de cantidades por lo menos 20 veces más altas, para alcanzar el mismo objetivo.
Pero el factor más importante es la cultura. La cultura asiática se centra en la comunidad más que en el individuo, y ello permite que sea la presión social la que conduzca al pago puntual del crédito para que pueda servir a otras personas. En una sociedad individualizada, la presión comunitaria dejó de tener efecto.
CAMBIO DE LOS PARADIGMAS DE LA ECONOMÍA CLÁSICA
Sin embargo, a pesar de las limitaciones del proyecto, es innegable que el profesor Mohammed Yunus merece el Nobel de Economía más que de la paz, por haber cambiado los paradigmas de la economía clásica sobre los préstamos y la función de éstos en la lucha contra la pobreza.
Además, debería existir un Nobel de los pobres por su acción en pro de las clases desfavorizadas.
Mohammed Yunus, una trayectoria ejemplar para nuestros tiempos.
N. de la R.
Zidane Zeraoui es experto en asuntos globales y profesor de Relaciones Internacionales en el Tecnológico de Monterrey, México. Es coordinador de la Maestría en Estudios Internacionales de la misma universidad.
Este artículo se publica gracias a la gentileza del autor y de Safe Democracy.