Eugenio Pordomingo (6/10/2008)
La ministra de Defensa, Carme Chacón, compareció hace unos días junto a la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, en una rueda de prensa, en la que anunció el «despliegue de un avión militar, P3-Orión, con 90 militares para realizar labores de vigilancia en aguas próximas a Somalia«, para luchar contra el aumento de la piratería en la zona.
La base de los 90 militares encuadrados en el Ejército español, y del avión P3-Orión se encuentra en Djibouti.
En principio, la duración de esta operación militar «disuasoria» era de tres meses y va destinada a la «defensa del interés nacional». Los 90 soldados del Ejército español (españoles, ecuatorianos, colombianos, etc.,) no se contabilizarán -a decir de la ministra- «dentro del cupo de 3.000 efectivos que España puede tener en misiones en el exterior y su despliegue no requiere la autorización del Congreso». Aunque da lo mismo, pues ya Zapatero envió aviones espía -yo creo que tenían otras características- a Afganistán y «mutis por el foro». O sea, que no pidió autorización ni nadie protestó.
La ministra nacionalista catalana, Chacón, aseguró que el P3-Orión «va a ser de enorme utilidad para prevenir ataques», pues su objetivo es ser un «auténtico núcleo» que facilite información sobre los movimientos de los «piratas» tanto a los buques españoles como a los barcos que trasladan ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos, que transitan por esas rutas.
La ministra Chacón, se adorna con la presencia de la ministra de Medio Ambiente para darle un aire ecologista, y un tanto lechuguino, a una misión meramente militar. Asimismo, alude como justificación de esa presencia militar, a la protección de los barcos que «trasladan ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos, que transitan por esas rutas».
Sólo nos faltaba que hubiera anunciado la creación de un Foro de Vigilancia o una fundación para la constatación, verificación e implementación de esas operaciones medioambientalistas cetme en mano.
Toda una experta en lances militares, la ministra ha considerado -en contra de la decisión adoptada por Francia y Rusia, que son unos neófitos, de enviar una fragata-, que es más eficaz disponer de un avión en la región. La razón -según expuso la ministra- es que un barco necesitaría cinco días para recorrer una zona que se extiende a lo largo de más de 3.000 millas marítimas.
A pesar de que la ministra Espinosa lanzó un mensaje de tranquilidad a los barcos españoles que se encuentran en la zona, los patronos de esos buques no las tienen todas consigo. Por alguna cadena de televisión y radio pudimos escuchar a uno de ellos, que prefería ser salvado por Francia que no por España…
Las notas de prensa difundidas por Defensa, nos contaban las excelencias del avión que se envía a esa misión, el P3-Orión, algo así como una ONG., pero dedicado a la lucha antisubmarina, que porta misiles y cargas de profundidad capaces de destruir cualquier objetivo con precisión. Vamos, que no lanza tomates ni boniatos.
Lo malo, es que dos días después de que el ministerio de Defensa enviara ese avión a las aguas somalíes, el aparato tuvo que regresar debido a problemas técnicos. O sea, que se averió. Me hubiera gustado ver la cara de satisfacción de los piratas…
Y es que los actos forzados, señora ministra, nunca tienen fortuna. Usted es ministra de España -no se si de cuota, de cota o de valía-, a la que no se siente ligada; y, claro, así va la cosa.
Mambru se fue a la guerra, que dolor que dolor, que pena. Marlbrough s’en va-t-en guerre…