Eugenio Pordomingo (7/6/2009)el-rey-ante-franco
Hace unos días, en el Teatro Quinto de Madrid, durante un acto electoral de cara a las elecciones europeas, UPyD (Unión Progreso y Democracia), el partido político que lidera Rosa Díez,  culpó al «bipartidismo» de administrar «veneno» al sistema democrático español y de «no hablar de Europa» durante la campaña. Asimismo, UPyD responsabilizó a los «mensajes de PSOE y PP» de las «pavorosas» cifras de abstención que puedan darse el 7 de junio.

En la ocasión a que me refiero, el cabeza de lista de UPyD a las elecciones al Parlamento Europeo, Francisco Sosa Wagner, aseguró al Partido Popular y PSOE, de administrar «veneno» al sistema democrático español. Según Sosa Wagner, los dos partidos están enzarzados «en temas nacionales irrelevantes» y se niegan a debatir sobre Europa, donde «se deciden cuestiones cotidianas de la vida diaria de los ciudadanos».

Estoy de acuerdo con UPyD -en este caso, con Sosa Wagner– cuando afirma que el «bipartidismo» español «es un auténtico cáncer y un enfrentamiento artificial», pues «en Europa, PSOE y PP votan lo mismo el noventa por ciento de las veces».

En el mismo acto, Rosa Díez, afirmó que PSOE y PP «no tienen nada que ofrecer a los ciudadanos», ya que «sólo» quieren sus votos para «saciar su ambición de poder». Los dos partidos «no tienen ambición de país, tienen ambición de poder; no piensan en las próximas generaciones, sino en las próximas elecciones».

También estoy de acuerdo con el análisis de la líder de UPyD acerca de la corrupción que existe en España. «Sólo se resolverá -la corrupción- cuando haya una Justicia independiente», cuadolfo-suarez-jura-ante-el-reyando los partidos mayoritarios cambien las leyes que regulan «los procesos de elección» del Consejo General del Poder Judicial o del fiscal general del Estado.

Pero no estoy de acuerdo con que todos estos males sean del «veneno» que PP y PSOE vierten sobre «el sistema democrático», entre otras cosas, porque es el sistema el que está envenenado en si mismo.

Ese «veneno» se introduce antes y durante de la transición española; después, el bebedizo se va haciendo más letal, de acuerdo con los antídotos que van surgiendo.

Un sistema electoral hecho a la medida (la ley D´Hondt prima a los dos partidos políticos mayoritarios), ley de financiación de partidos políticos, medios de comunicación excesivamente dependientes de la financiación, politización de la Justicia, escasa o nula transparencia en los gastos del Estado y, sobre todo, tolerancia con determinada corrupción, son algunos de los «venenos» de nuestro sistema político… Sin excluir, la excesiva atomización del Estado.

Pero, por encima de todos, el «veneno» más peligroso, es la apatía, la tolerancia y la permisividad, de los ciudadanos.