Mi Columna/Guinea Ecuatorial
Eugenio Pordomingo (22/7/2009)fraga-y-obiang2
La verdad es que el viajecito de marras le ha salido algo chungo al Gobierno español; pero no escarmentado, Zapatero manda o acepta, que vaya Miguel Ángel Moratinos a humillarse ante los monos gibraltareños, me refiero a los simios, aunque también a los ingleses y los “llanitos”.

¡Vaya dos viajecitos más vergonzosos!

Patético ver a Manuel Fraga alzando su copa de vino rojo -¿no sería sangre?- junto a Obiang Nguema, que delicado él, le soltó eso de “me alegro de que hayas venido a verme en este momento en que estás en las últimas…”

Medallitas, fajines, lisonjas y ágapes pantagruélicos dieron olor y sabor a la visita de la delegación española. Pero, después el hombre que ha dicho que a él no le quita el poder nadie, que si lo quieren será como él lo consiguió, a base de tiros, se ha dedicado a amenazar y cuestionar lo, supuestamente, acordado. Que si una “potencia” (España) quiere las riquezas naturales de Guinea Ecuatorial y viene aquí  con el rollo de los derechos humanos; para más tarde sacar a relucir lo “absurdo” de que Zapatero no visitase Guinea Ecuatorial en su gira africana.

Y todo esto, a pesar de que Moratinos -sin pudor ni rubor- dijo en el ecuador del vergonzoso viaje, que Guinea Ecuatorial es un “país moderno y próspero…”

Mientras, a Francisco Hernando, “El Pocero”, se le pudren los camiones y el resto de los equipos de “segunda mano” en un puerto valenciano, con los que quería impresionar a los ecuatoguineanos, además de construir no se cuantos miles de pisos.

Pocos días después del vergonzoso viaje, el ahora Consejero de Estado, Juan José Laborda, dijo una serie de sandeces en televisión (Canal Plus) que de no haberlas grabado, requetevistoobiang-condecora-a-fraga y escuchado, nos sería difícil dar crédito a ellas. ¡Vágame, Dios! Pues este hombre, va a seguir erre que erre con Guinea Ecuatorial, incluso puede hacer de ello una profesión remunerada, pues para eso ha creado una fundación, costeada con el dinero de los españoles.

Teodoro Obiang Nguema, siguiendo la táctica de Fraga cuando era ministro de la Gobernación, que “huyó” a otros “paraísos”, dejando a otros el pastel de los sucesos de Vitoria y Montejurra (varios muertos), se alejó de Guinea el 18 de julio de este año ante las supuestas amenazas a través de internet de un grupo denominado FRENALIGE, que al parecer quiere darle “matarile”. Pero no, según me dicen, ese grupo que debe operar por zonas selváticas, no suele avisar como ya ha dejado constancia.

Tras Obiang Nguema la lluvia de declaraciones en cascada ha comenzado entre los miembros y miembras (doctrina de la ministra española Bibiana Aido) de su gobierno-familiar. Así, la embajadora en EE. UU., Purificación Angue Ondo (sobrina del dictador) ha admitido que el informe “sensacionalista” de la fundación Human Rights Watch (HRW) es fruto de “los errores del pasado”.

Lo peor de este tipo de declaraciones, es que en ellas no hay reconocimiento por el mal producido –dolo diría un leguleyo-, ni restitución, en muchos casos ya imposible.

Lo malo es que esos “errores del pasado” traen, inevitablemente, consecuencias.  ¿Cómo reponer las vidas segadas, la sangre vertida, los años perdidos en lúgubres mazmorras? ¿Cómo recobrar el dolor sufrido, los robos padecidos?

Con esta serie de acaecidos no es de extrañar que en la mente de las gentes -hasta en las más sensatas- comience a anidar la venganza. Ya se sabe que la “venganza es un plato que se come frío”, aunque alguviaje-a-guinea-ecuatiorial1nos se merecen digerirlo con alquitrán. Y ¡cuidado!, ya decía Honoré de Balzac que en la “venganza el más débil es siempre el más feroz”.

Lo cierto es que la oposición guineana afincada en España está más que molesta con esa vergonzosa visita al dictador. Y al parecer van a comenzar a manifestar ese desencanto públicamente. Uno de ellos, según me informan, es Severo Moto que anda como el filósofo Diógenes buscando, no a un hombre con una vela, sino su pasaporte.