espacioseuropeos.com (23/6/2010)anciano
Todo un síntoma de la grave situación económica por la que atraviesa una parte muy importante de la sociedad española, ha sido el atraco -por llamarlo de alguna manera- que ayer protagonizó un anciano de 72 años en una entidad bancaria de León (España).

Armado con una pistola de juguete, el anciano entró en la sucursal del Banco de Santander, sita en la avenida Alcalde Miguel Castaño de la capital leonesa. Tras amenazar con la pistola de juguete a los empleados, logró escapar con un botín de 5.300 euros, pero poco después fue detenido por la policía local.

La prensa leonesa cuenta que durante el interrogatorio al que le sometió la policía, el anciano, que responde a las iniciales M.R.A, declaró que se vio obligado a robar debido a la «difícil situación económica» por la que atraviesa. Según relató a la policía, vive con una pensión conjunta superior a los 1.500 euros, pero su mujer se encuentra internada en una residencia que le cuesta mensualmente 1.200 euros. Le quedan 300 euros con los que tiene que afrontar el alquiler de su casa, gastos de electricidad, manutención, etc. El anciano ha pasado a disposición judicial.

Si grave es la situación económica de este anciano que percibe una pensión de 1.500 euros mensuales -casi tres veces superior a la media-, hay que imaginarse la que padecen miles, quizás millones, de jubilados.

El conflicto social no ha hecho más que comenzar. Son los brotes verdes a los que nos ha conducido la golfería política y la desidia ciudadana.