Guinea Ecuatorial
Samuel Mbá Mombe (1/11/2011)doctor-amuel-mba
La idea casi generalizada de la población guineo-ecuatoriana de que son los partidos políticos y sus representantes que deben llevar todas las acciones encaminadas a instaurar el Estado de Derecho en nuestro país es errónea, siempre y cuando que todas las capas sociales sufren cada una a su nivel, los impactos negativos de la dictadura. La desidia, la indiferencia, el miedo o la actitud insolidaria del sálvese quien pueda, no pueden sino perpetuar la miseria, la corrupción, la tortura, los asesinatos políticos que repercuten y afectan directa o indirectamente a muchos ciudadanos, políticos y/o no políticos.

Se ha dicho y así lo demuestra la historia que los pueblos miedosos no hacen historia sino la sufren. Ya no es momento de  tirar carne a las fieras. Mostremos todos lo que somos capaces cada uno desde su posición pensando que lo está en juego es el futuro de nuestro país, es decir el futuro de nuestros hijos y nietos.

Guinea Ecuatorial no debe ser entendida como una idea cerrada o una marca registrada donde algunos guineanos deben imponer a los demás sino como una sinfonía inacabada en constante creación donde todos nos sintamos partícipes. La lucha por nuestras libertades es tarea de todos y cada ciudadano está llamado a participar con su granito de arena para la consecución de esos objetivos. La «visión política» de Obiang no tiene porqué ser la única a seguir sobre todo cuando éste prohíbe el libre pensamiento de los ciudadanos queriendo dar así la impresión de que todos estamos de acuerdo con su política. Precisamente por eso que han optado por la estrategia de domesticar, satelizar, dinamitar y fagocitar  a los partidos políticos llamados de la oposición legalizada en el país mediante compra de voluntades para conseguir mayorías inexistentes. Esa estrategia destructora de la oposición por el régimen ha alcanzado su apogeo con el anunciado referéndum para la aprobación de la llamada Reforma Constitucional. Los partidos políticos CPDS y UP han sido esta vez, el blanco de los francotiradores del PDGE y lo que ha conseguido el régimen con estas maniobras furibundas y  antidemocráticas es darnos la razón que con Obiang en el poder, Guinea Ecuatorial nunca será un país democrático en su concepción universal.

El retorno al sistema monolítico se está haciendo realidad en Guinea Ecuatorial y por mucho que empeñe el régimen a demostrar lo contrario no es nada más que una desesperada huida hacia adelante dando razón a los que desde un principio bautizaron el «ensayo democrático a la ecuato-r-guineana» como una «democratura», es decir, dictadura camuflada democracia trucada.

El caso de nuestro país es insólito en cuanto a las reivindicaciones se refiere. Todo el mundo achaca a los partidos y líderes políticos de no hacer nada para cambiar la situación. Sin embargo, estamos viendo que en otros países donde se han producido cambios o que los gobiernos se han visto obligados a desistir de sus políticas sean de austeridad como de represión, la presión y las protestas han sido iniciadas y lideradas por la sociedad civil: estudiantes, obreros, intelectuales, funcionarios, militares, mujeres y hombres de todas las capas sociales acciones secundadas por los partidos políticos democráticos. La «primavera árabe» es el ejemplo más ilustrativo de lo que decimos.

Trinidad Jimenez y Teodoro Obiang Nguema (Foto Exteriors/EFE)
Trinidad Jimenez y Teodoro Obiang Nguema (Foto Exteriors/EFE)

Cabe recordar que las protestas iniciadas y que más tarde se culminaron con la caída de Ben Alí y Josni Mubarak fueron protagonizadas por la sociedad civil y no por los partidos políticos si bien éstos se sumaron a ellas para darlas una cobertura institucional creíble. Cuando los guineanos esperan en sus casas que se produzca el milagro echando la culpa a los que nos oponemos resueltamente al régimen es porque no han entendido que la libertad no se compra, sino se conquista utilizando las palabras de Nelson Mandela.

Ya es moneda corriente en Guinea Ecuatorial e incluso en el exilio escuchar expresiones como «los opositores no hacen nada», otros nos aconsejan a dejar la política porque no nos aporta nada, otros prefieren el doble juego o la política de comer en dos platos al mismo tiempo, es decir criticando al régimen a escondidas pero alimentándose de él al mismo tiempo. Otros nos quieren convencer de que si regresas a Guinea y te ocupas de tus cosas sin meterte en la política no vas a tener problemas, es decir cerrar los ojos a la injusticia, a la corrupción, a la falta de libertad de expresión, movimiento, asociación, etc. Este es el nuevo ente guineano que ha cultivado Obiang que no sabe oponerse a nada por mucha miseria que pase o que le den por…

Los guineanos que mantienen esa actitud deberían saber que están cavando su propia tumba y la de sus hijos. Vimos cómo los senegaleses se echaron a la calle y bloquearon el Parlamento en protesta contra la ley de Reforma Constitucional de Abdoulaye Wade.

Todos conocemos el resultado que dieron esas protestas y no fueron los partidos políticos que salieron a la calle sino los estudiantes y otras capas sociales. Los que protestan en Siria, Yemen, Argelia, Kenia, Uganda, Liberia, etc. etc., no son partidos políticos sino que vemos hasta incluso niños de corta edad manifestándose y llevados a mano por sus padres dispuestos a morir por una causa justa. En Guinea Ecuatorial como suele decir mi compañero de lucha Aquilino Nguema Ona Nchama, todos quieren ir al cielo pero nadie quiere morir. Todos están convencidos de que Guinea Ecuatorial es una dictadura pero nadie se atreve a enfrentarla y lo que es peor, algunos por no decir muchos, prefieren el silencio para seguir recogiendo las migajas que Obiang y su familia van dejando en su recorrido. ¡Qué vergüenza y qué lástima!

En otras latitudes del planeta y ante semejante bochorno, el único recurso suele ser la rebelión o la «huelga de brazos caídos» (desobediencia civil) indefinida, pero no parece probable que quienes han transigido y acatado la Ley Fundamental que legitimará una y otra vez el poder absoluto de Obiang Nguema puedan adoptar tales medidas.

La Ley Fundamental que Obiang va a reformar por segunda vez, imposibilita absolutamente la democracia en Guinea Ecuatorial, no deja resquicio alguno por el que pueda colarse las libertades de opinión, expresión e información. Limita la posibilidad de formación y competencia libre y leal de partidos políticos y sindicatos. Autoriza y legitima al dictador ejercer la máxima autoridad en los ámbitos ejecutivo, legislativo y judicial. No es posible acatar esa Ley Fundamental sin traicionar los intereses de la Democracia , sin traicionar los sueños y la lucha de los verdaderos demócratas guineo-ecuatorianos.

Para los que andan mintiendo por allá que los que nos oponemos a la Reforma Constitucional actual y anterior no presentamos propuestas, reiteramos una vez más y por enésima vez a todas las formaciones políticas y demás fuerzas del país, la renuncia explícita a las maniobras de la dictadura hasta que se (si todavía fuera posible con este régimen) celebre en el país una Magna Asamblea Soberana; llámese Conferencia Nacional o Alto Consejo del Estado. La razón no es otra que la necesidad del establecimiento de una DEMOCRACIA: queremos que en Guinea Ecuatorial el voto sea universal, libre, directo, y secreto; los resultados justos y sin peligros de fraude.

Estamos convencidos que con ello se garantizaría una estabilidad futura, se asegurará la afluencia de inversiones extranjeras y se lograría el despegue del país.

Dado el progresivo y acelerado deterioro del tejido social guineo-ecuatoriano, esa Conferencia Nacional podría significar un perfecto antídoto para la aspiración popular.

La Magna Asamblea , donde se celebró, a todos perdonó y a todos dignificó. Se hace imposible obviar esa Instancia Suprema en el débito democrático para levantar una sociedad plural. En ese tipo de Asambleas se redefine la mejor forma de Estado; se establecen los derechos y las libertades básicas y se asegura la efectiva división de poderes, debida y objetivamente definidos, con precisión de su modo de acceso y el tiempo de duración en los mismos.

La celebración de una Asamblea Soberana posibilitaría la reconciliación nacional; abriría paso al establecimiento de un calendario electoral en un clima idóneo; permitiría la confección de un ordenamiento jurídico congruente con la realidad nacional e internacional y finalmente se confiarían las instituciones a las personas para ello designadas por voluntad popular. La designación «dedocrática» conduce a la sumisión y a la obediencia ciega que se vive actualmente.

Esta propuesta impela la adopción de la actitud propugnada como exigencia de ética y de honradez políticas, frente a la prepotencia, la inflexibilidad e intransigencia del régimen ante cualquier tipo de negociación seria que pudiera significar una leve modificación del clima de terror y de pesadilla que vive el país desde hace más de cuatro décadas.

N. de la R.

Samuel MBA MOMBE, es doctor en Medicina y Opositor Independiente (según propia definición) por la Democracia Real en Guinea Ecuatorial.