monser-al-kassarBuenos Aires (Argentina)
Michel Laroche (21/5/2012)
El traficante de armas Monser Al Kassar, condenado en los Estados Unidos en febrero de 2009 a treinta años de prisión podría ser pronto  ndultado por Obama y fijar su esidencia en  la ciudad argentina de Mendoza, al pie de la cordillera de los Andes. Es un rumor que circula en  edios económicos y periodísticos  rgentinos. El origen del mismo es el viaje que Ignacio Sainz Mesa, hijo adoptivo de Al Kassar acaba de realizar a Nueva York.
Ignacio Mesa, empresario marbellí, vive ahora en Mendoza, donde se ha vinculado al grupo inmobiliario Vila-Manzano, en la construcción de un supermercado.

El pasado entreteje a estas personas en relación con Al Kassar. Rebobinemos el pasado: Al Kassar, traficante de armas residente en España, apareció un día en Mendoza, durante la presidencia de Menem. En medios diplomáticos madrileños se comentó entonces que sus «protectores» en España habían solicitado al gobierno argentino que acogiera «durante un tiempo» a Al Kassar, cuya captura y juicio reclamaban los gobiernos de Francia y el Reino Unido acusándolo de ser responsable de atentados terroristas llevados a cabo en el Mediterráneo, bajo la orientación de los regímenes de Trípoli y Damasco. El hecho fue que José Luis Manzano, ministro del Interior de Menem, le gestionó la concesión de la nacionalidad argentina.

Un tiempo después, al reducirse las presiones de Paris y Londres, Al Kassar volvió a España y se instaló en Marbella, gozando como antes de poderosos protectores; uno de ellos habría sido el juez Baltasar Garzón, que ignoraba oficialmente esa presencia, a cambio de la información que Al Kassar podía pasarle, sobre grupos terroristas árabes y tráfico de armas.

Pero Estados Unidos no olvidaba a ese poderoso brazo del terrorismo y reclamó la extradición, que España terminó por conceder, en junio del 2007.

El periodista argentino Juan Gasparini ha relatado la historia  ampliamente en su obra «La delgada línea blanca», prácticamente agotada en las librerías madrileñas.

Ahora Gasparini vuelve a ocuparse de Al Kassar y da que hablar en los medios económicos y periodísticos argentinos, al informar  que el hijo adoptivo de Al Kassar, el malagueño Ignacio Sainz Mesa, que ahora vive en Mendoza, se  entrevistó  con el ministro de Planificación argentino, Julio de Vido, el pasado 25 de abril, y luego viajó a los Estados Unidos.  Aquí, en Buenos Aires, se dice que Al Kassar se radicaría en Mendoza, tras conseguir el indulto de Obama, y que realizaría inversiones en esa ciudad y provincia, vinculado al grupo Vila Manzano. Este último propició la nacionalidad argentina para el traficante de armas, durante el gobierno de Menem. Vila es el propietario de la urbanización donde vive el empresario Ignacio Sainz, que se ha asociado al grupo en la construcción de un supermercado, en la mencionada urbanización.