Mi Columna
Eugenio Pordomingo (27/9/2012)congreso-de-los-diputados
Con posterioridad a la manifestación del pasado martes día 25 y su prolongación al día de ayer,  hoy y los que vendrán, llegan los balances, todavía inconclusos, pues las causas que motivan esas protestas no han finalizado y por lo que sabemos van a ir aumentando. Para unos, la culpa de las durísimas cargas policiales y los violentos enfrentamientos se debieron a una minoría de radicales de extrema izquierda; otros se obstinan en señalar a la policía (encapuchados incluidos)  como únicos culpables.

La guinda del debate la ha puesto la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid -no merece la pena mencionar su nombre-, que no hace más que difundir por las emisoras amigas que «la asistencia a la manifestación fue minoritaria» , haciendo hincapié en que las fuerzas de seguridad recogieron tras el vapuleo,  «desde escudos -improvisados con las tapas de los contenedores de la basura- protectores hasta palos, punzones o tirachinas». Además -afirma la susodicha- también se recogieron 265 kilos de piedras y 4.000 latas de cerveza, utilizados como «armas arrojadizas». O sea, que funcionarios estatales perdieron su precioso tiempo en amontonar las piedras y después proceder a pesarlas. Por si fuera poco, también dedicaron horas en contar botes de cerveza. ¡El colmo!

Me han informado fuentes procedentes de los manifestantes, que el número de porrazos que atizó la policía fue de 42.000 (a razón de 30 por cada uno de los 1.400 policías); pelotas de goma lanzadas, 200; llaves de judo, 25; patadas, 37; arrastres 17 y  pisadas de cuello y brazos, 14. El número de empujones por ambas partes fue muy importante, pero desconozco el guarismo.

El remate de declaraciones lo ofreció el presidente del gobierno Mariano Rajoy, que desde los USA, pletórico por haber perorado en el atril de la ONU, dio las gracias a los que no habían asistido a la manifestación del 25-S: «Mi mayor reconocimiento a la mayoría de los españoles que no se manifiesta». Rajoy, como casi todo el elenco político, quiere una masa silenciosa, que no ve, no oye y permanece muda. Así se opera mejor.  

Con ese tipo de declaraciones -me refiero a las realizadas por la delgada del gobierno y miembros del Ejecutivo de Mariano Rajoy– lo único que consiguen es encrespar aún más a los ciudadanos y abocarnos, lenta pero inexorablemente, a la crispación política, al cabreo, al desencanto, a la indignación y al rechazo de este sistema.

¿Ceguera política ante la situación que atravesamos o simplemente tratar de seguir en el machito?

El resultado de los incidentes -que han sido portada en la prensa internacional- ha sido una treintena de detenidos,  64 heridos, 16 de ellos fueron trasladados a centros hospitalarios (uno evaluado como grave, que puede quedar tetrapléjico). 

Las cargas policiales del 25-S continuaron ya entrada la noche hasta los andenes de Renfe en la estación de Atocha. Allí se produjeron escenas propias de otros tiempos en las que se vieron involucrados pacíficos viandantes. A partir de ese momento quizás se sumen a las próximas protestas.

Con la que tenemos encima -crisis económica, crisis moral, crisis política, corrupción por doquier, injusticia social, los catalanes que parece ser que ya se independizan, etc.-, minimizar lo sucedido el 25-S y atribuirlo a un grupo minoritario de radicales es un tremendo error, propio, por otro lado, de profesionales de la política, cuya incapacidad es más que manifiesta.

una-sesion-del-congreso2Con la que está cayendo -deuda cercana al billón de euros, recortes y más recortes, Marruecos que nos presiona de nuevo con reivindicar Ceuta, Melilla y Andalucía-, afirmar, como han hecho la mayoría de los diputados consultados por los medios de comunicación, que el Congreso (su modus vivendi) es la «sede de la soberanía popular», sólo contribuye a fomentar la crispación , máxime cuando vemos cuan bajo ha caído la clase política en la valoración de los españoles, algo que ya no puede maquillar ni camuflar el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). Aprovecho para recordar que ningún político español, de los muchos que han sido pillados con las «manos en la masa»,  ha devuelto lo «indebidamente apropiado», ni ha cumplido condena. Por supuesto, la mayoría ha utilizado su influencia y amistades para evadir ser procesados. Se ve que la Justicia no quiere «estigmatizar» a nadie.

Hace algún tiempo hice mención  a la frase de autor desconocido, aunque yo la atribuyo a Sancho Panza, el escudero de Alfonso Quijano, conocido en estos lares como Don Quijote de La Mancha, que afirma que los puestos eminentes son como las cimas de los peñascos, sólo pueden llegar a ellos las águilas y los reptiles.

Laurence Peter, autor de un soberbio estudio sobre esas «águilas» y «serpientes», que más tarde fue conocido como ´Principio de Peter´, llegó a la siguiente conclusión: «cuanto más eminente es el puesto más incompetente suele ser la persona que lo ocupa». Hay excepciones. Sí, pero que me las presenten, quiero conocerlas.