
España
Juan Torres López (24/9/2012)
Los bancos suelen diÂfundir la idea de que la deuda aumenÂta porque la gente quiere vivir por enÂcima de sus posibilidades, peÂro la realidad es otra. El negoÂcio de los bancos es prestar, y es por eso que hacen todo lo posible para que los gobiernos adopten polÃticas y condicioÂnes de vida que obliguen a las familias y a las empresas a reÂcurrir constantemente al crédiÂto. Por ejemplo, reduciendo los salarios de los trabajadores o los ingresos de los autónomos y los pequeños y medianos emÂpresarios, o impidiendo que haya un amplio mercado de alÂquiler de viviendas.
Además, cuando un banco da un crédito no deja el conÂtrato en un cajón de sus oficiÂnas, sino que -para sacarle todavÃa más rendimiento- lo «tituliza», es decir, que lo venÂde a otros inversores que, a su vez, lo venden a otros, y éstos a otros, y estos a otros más… en una espiral especulativa sin fin. Hasta que todo eso estaÂlla, cuando alguien deja de paÂgar su crédito y entonces echa por tierra toda la inversión suÂcesiva.
Decimos que se ha produÂcido una burbuja cuando el precio de esos contratos (puÂro papel) sube y sube sin cesar simplemente porque los inverÂsores los compran porque saÂben que su precio va subiendo. Y saben que el precio va a suÂbir sencillamente porque ellos mismos (y todos los que acÂtúan asÃ) hacen que suba cuanÂdo compran.
Asà se formó la burbuja de las hipotecas basura. Los bancos de todo el mundo haÂbÃan invertido billones de euÂros y dólares en papeles «deÂrivados» de los contratos de préstamo hipotecarios origiÂnales, y cuando miles de perÂsonas dejaron de poder paÂgarlos en Estados Unidos todo se vino abajo: los bancos queÂbraron y su capital perdió una gran parte de su valor. Los goÂbiernos deberÃan haberlos deÂjado caer y recurrir a banÂcos públicos, pero en lugar de eso cedieron al enorme poder de los banqueros y les dieron ayudas multimillonarias para que los más poderosos saliesen adelante. Ahora estamos viendo que eso solo ha serviÂdo para hacerlos aún más ricos y no para salir de la crisis, coÂmo decÃan.
Esas burbujas se forman gracias a que las autoridaÂdes han renunciado a vigilar a los bancos y a poner lÃmites a la creación casi ilimitada de crédito que llevan a cabo paÂra ganar cada vez más dineÂro. Y, por supuesto, proporcioÂnan beneficios gigantescos a los grandes inversores y a los bancos. Por eso los bancos esÂtán constantemente estudianÂdo las fórmulas que les permiÂten difundir más crédito, crear más deuda, causando asà nueÂvas burbujas.
Ya he mencionado la vÃa de reducir salarios y la de promoÂver la adquisición de viviendas en lugar de alquilarlas. Es eviÂdente que asà se obliga a pedir más créditos. Pero en los últiÂmos años han utilizado tamÂbién otro procedimiento que están tratando de impulsar en España: los préstamos a los esÂtudiantes para que éstos pueÂdan pagarse los estudios.
¿Cómo hacer para que haÂya miles de estudiantes que piÂdan préstamos y asà aumente aún más el negocio y el beneÂficio de los bancos? Muy senÂcillo. Primero se hacen reforÂmas fiscales que disminuyan los ingresos del Estado, y lueÂgo se aprovecha que hay que hacer gastos extraordinarios debido a la crisis y que ambas circunstancias producen déÂficit público. Entonces se diÂce que no hay dinero suficienÂte y se suben los precios de las matrÃculas hasta llegar a niveÂles que es imposible que pueÂdan pagarlos familias de inÂgresos medios o bajos que, sin embargo, siempre van a estar dispuestas a todo con tal de que sus hijos estudien.
En Estados Unidos, donÂde este negocio bancario de los préstamos estudiantiles ha crecido extraordinariamenÂte en los últimos años, la maÂtrÃcula de los colleges públicos ha subido un 73% de 1999 a 2009, y el de los privados un 34%, mientras que los ingreÂsos familiares medios han desÂcendido un 7% (lógicamenÂte, mucho más en las clases de ingresos más bajos). A esÂcala nacional, la financiación estatal y local por estudiante se redujo en un 24% de 2001 a 2011 mientras que las matrÃÂculas aumentaron en un 72%. En el Reino Unido el precio de las matrÃculas universitarias caÂsi se triplicó a partir de la últiÂma reforma, y el PP ha llegado a incrementarlas en España el 65% en algunos casos.
Paralelamente a estas suÂbidas se pone en marcha y se incentiva un sistema de présÂtamos a los estudiantes que se presenta aparentemente como muy atractivo y generoso, peÂro que a la larga se convierte en una losa de la que miles de jóvenes no pueden liberarse.
En Chile se calcula que hay entre 100.000 y 200.000 atraÂpados por créditos y literalÂmente acosados por los banÂcos porque al final suman tres veces más cuantÃa de la cifra inicial(El millonario robo del Crédito Corfo: Más de 100 mil ex estudiantes viven acosados por los bancos, en http://bit.ly/KwcrIL). En Estados UniÂdos, el 94% de los estudiantes que obtuvieron una licenciatuÂra pidieron prestado para paÂgar una educación universitaÂria (casi un 45 por ciento más que hace veinte años), y eso ha hecho que la deuda estudianÂtil sea ya de un billón de dólaÂres (he dicho bien: un millón de millones) a finales de 2011, aumentando a razón de 3.000 dólares por segundo (Stephen Lendman, America’s Student LoanRacket. Global Research 9 de junio de 2012, en: http://bit.ly/QfTyQX). Y también allà un porcentaje cada vez mayor de ellos no puede devolverlos, soÂbre todo teniendo en cuenta que el 53,6% de los graduaÂdos menores de 25 años o no tienen trabajo o están subempleados, lo que hace que auÂmente sin cesar la carga de los intereses que tienen que soÂportar.

Todo esto es lo que están tratando de establecer en EsÂpaña. La presencia de los banÂcos, y muy especialmente del Banco de Santander, en las universidades no se debe, coÂmo se quiere hacer creer, a su espÃritu filantrópico. Como tampoco es casual la composiÂción de la comisión de «sabios» formada por el ministro Wert para reformar la universidad y en la que también se encuenÂtra uno de sus más destacados consejeros.
Al igual que sucede cuanÂdo recortan el gasto sanitario o en pensiones para promover el negocio privado, suben ahoÂra los precios de la matrÃculas universitarias para ir preparanÂdo el terreno a este nuevo tipo de préstamos, que, como ocuÂrrió con el endeudamiento de los últimos años, al final solo es una nueva fuente de negocio para la banca y mucha más esÂclavitud para la sociedad.
TodavÃa estamos a tiempo de impedirlo.
N. de la R.
Esta noticia, que también pueden ver en  ´Ganas de Escribir´, se publica con la autorización del catedrático de EconomÃa Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres López.
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