Mi Columna
Eugenio Pordomingo (9/1/2013)
El titular que encabeza este texto es, a simple vista, una fórmula matemática; una simple ecuación. De hecho lo es. Para descifrarla hace falta saber, en primer lugar, qué significan cada una de las incógnitas.
Pues empecemos. CD, equivale a Clase Dominante; TU, es la abreviatura de Tontos Útiles. Y CH2, es el resultado de la ecuación. O sea, Clase Dominante más Tontos Útiles igual a Chollo al Cuadrado. Es más o menos lo que acontece en el mundo.
Veamos ahora la explicación de cada una de estas incógnitas. Clase Dominante es la minúscula porción de individuos -nunca supera el diez % del total de la población de una nación, región, provincia o pueblo- que controla casi todo. Por eso, cuanto más ceporra sea el resto de la ciudadanía, pues mucho mejor para ellos. Así, más robusta y segura se siente la CD en su afán depredador.
Tontos Útiles, también conocidos como mass media (nunca confundir con clase media) está formada por un amplio sector de la población que no se percata de su pertenencia al grupo de los TU. Viven bajo una soberanía limitada, que ellos consideran democracia plena. Cada cuatro años, más o menos, son convocados para votar. Operación que consiste en introducir un papelito con una serie de nombres (mejor sería decir, la lista cerrada de militantes de un partido político) en una urna. Tras este acto voluntario, se sienten confortados, pletóricos y contentos: han participado. La descarga de adrenalina ha sido importante y el índice de frustración ha descendido.
Los TU se consideran a sí mismos como importantes, porque disponen de ciertos lujos y privilegios, aunque la crisis los ha mermado. Este grupo se caracteriza, además, por su indecisión y cobardía a nivel individual. Se envalentona y crece cuando actúa en grupo, donde se muestra como una auténtica máquina de guerra. «La violencia es la partera de la historia», dijo Carlos Marx. Yo creo que es la venganza, pero…
Cuando alguno de ellos disiente, tiene opinión propia, o no se ajusta al sentir general del grupo de los TU, el resto le margina, le aísla. Las técnicas suelen ser varias y van desde la descalificación personal hasta acusaciones de lo más inverosímil. A veces llegan, incluso, hasta la crucifixión, aplicándola en no pocas ocasiones de forma no simbólica. Vamos, que lo clavan hasta que se desangra. El ejemplo más vergonzoso y degradante en el mundo Occidental, lo tenemos en Jesús de Nazaret.
Dentro de los TU y de la CD, los hay de distintos niveles, formación y pelaje. Una gran mayoría de los TU albergan en su caja craneal la suficiente masa encefálica como para pertenecer a la CD, pero trabas filosóficas y morales se lo impiden. Por supuesto, otros TU -la práctica mayoría- aspiran a pertenecer a la Clase Dominante, pero ésta lo impide con un muro más alto e inaccesible que el que Mohamed VI ha construido en el Sáhara Occidental.
Un sector de los TU no está de acuerdo con la situación actual del mundo causada por la CD. Se atreve y disiente. Pero acontece que una serie de factores, entre los que se cuentan el trabajo, la familia y el entorno social, alteran esa bioquímica neuronal que se necesita para dar el salto de Ícaro y declararse disidente.
Suelen ser los mismos TU los que crucifican a estos disidentes. La crucifixión, en estos casos, suele hacerse bajo el signo de la descalificación personal: está loco, es uno de los argumentos más empleados. En otros casos, es la técnica nefasta del rumor la que puede hacer estragos. Antes se empleaba eso de es un «rojo», después es un «fascista». Términos que ya no se suelen emplear.
En la antigua URSS, los disidentes eran tratados psiquiátricamente en hospitales del Estado, construidos al efecto. Allí todo era del Estado y aquí todo de la Banca y Cajas de Ahorros. La finalidad de esa atención médica era reconducirlos por el buen camino. Un disidente, aunque no lo parezca, y además muy inteligente, fue el soviético Nikita Kruchov. Este personaje era tan disidente, que incluso no era ruso, como muchos han creído, sino ucranio. Algo así como si el Presidente del Gobierno de España en vez de ser de León o Pontevedra fuera del País Vasco y además del PNV; o de Cataluña y encima de CiU.
El disidente ucranio llegó a preocupar a los EEUU, sobre todo cuando el Sputnik y la perra Laika dieron varias vueltas a la Tierra. Más preocupados se sintieron después, cuando los astronautas del disidente fueron los primeros en salir de una nave espacial y darse un chulesco paseíllo por las estrellas.
Pero los disidentes soviéticos empezaron a ser tantos y de todos los calibres y condiciones que el Gulak se tambaleó. ¿Cómo? Pues, muy sencillo. Los que tienen algún animal en casa van a entenderlo perfectamente. Me refiero, a animales irracionales. Esos que no tiran bombas atómicas, ni destrozan trenes, ni inundan la atmósfera de CO2, ni desahucian…
A un perro, por ejemplo, lo mimas, lo nutres bien, a base de esas bolas infumables, intragables que llaman pienso; le pones agua a diario -y fresquita-; lo vacunas, lo desparasitas, le pones el chip, le haces análisis por si tiene leishmaniosis (algo así como el paludismo, pero en los perros). Pero, el pobre can, no se «estrena» ni a tiros. Vamos, que no hace el amor, como se dice ahora. Unos, porque han pasado por el veterinario o veterinaria, que les ha aligerado de peso corporal cortándoles los testículos o extirpándoles los ovarios; otros, porque van siempre atados y no les dejan ni oler un aparato genital o una simple meada. En fin, que si tienen la ocasión, es muy posible que se escapen para darse un garbeo. Pueden preferir la libertad al pienso seguro, la vacuna anual y el tostón de las continuas caricias.
El día que a algún publicitario o publicista se le ocurra poner un anuncio que diga ¡Date un garbeo y echa una cana al aire…!, ese día dejaremos de comprar pienso. No tendremos perro al que alimentar.
Pero, sucede, que los perros, no saben, de momento, leer. Y dudo que algún día lo logren, pues ese don, ese hábito, lo estamos perdiendo a marchas forzadas hasta los racionales.
Hoy todo es comunicación, y a través de ella se nos provocan exacerbados deseos de consumo, pero no para satisfacer nuestras necesidades, sino como filosofía global: consumir por consumir. Por eso los CD, la Clase Dominante, pretende, y lo está consiguiendo, lograr un «proceso de desmentalización de la realidad», como afirmó en Madrid ( noviembre de 2005), en el Círculo de Bellas Artes, el pensador francés Jean Baudrillard, al ser homenajeado con la medalla de oro de esa institución.
Mediante ese proceso de «desmentalización» la CD sigue en su CH2, o sea chollo al cuadrado (cargos políticos e institucionales, prebendas, corrupción, etc.).
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