Guinea Ecuatorial
espacioseuropeos (9/10/2013)teodoro-obiang-nguema
Acabamos de hablar con Clara Ensegue Eyi, más conocida por Lola, la líder del PDJS (Partido Democrático para la Justicia Social) e integrante del Movimiento de Protesta Popular (MPP), que lleva secuestrada por el gobierno de Teodoro Obiang Nguema desde el pasado mes de junio. Lola sigue en Mongomo, en un complejo gubernamental en la sede de la Gendarmería Nacional, pero según nos ha contado ha tenido una conversación con el gobernador de Mongomo, el cual le ha notificado de palabra que va a ser expatriada con destino a España, y que en esta semana le van a hacer entrega de la documentación.

La pasada semana recibió la visita de un representante de la Cruz Roja Internacional, delegado para Angola y Guinea Ecuatorial, al que le puso en antecedentes de su situación, en concreto de la enfermedad que padece. El representante de la CRI comunicó a Lola que su misión es emitir un informe sobre su estado físico y condiciones en las que se encuentra. Asimismo, le comunicó que la CRI no tiene competencias para tratar asuntos legales.

El funcionario de CRI dejó a Clara Nsegue Eyi una tarjeta suya con los teléfonos y correo electrónico por si su enfermedad se agrava o, en cualquier caso, por si precisa informarle de algún incidente o variación respecto a sus condiciones durante su cautiverio.

El delegado de Cruz Roja Internacional se entrevistó posteriormente con el gobernador de Mongomo (Wele Nzas), al que le comunicó la necesidad de que Lola debe recibir asistencia médica lo antes posible.

Lola tiene miedo de salir, a no ser que sea escoltada hasta Malabo, pues el régimen ha vertido tantas calumnias contra ella, acusándola de terrorista entre otras cosas, que ha soliviantado a los radicales del PDGE (partido político gubernamental). Con voz cansina y temerosa nos dijo ayer: “Si salgo me van a matar”.

Hoy la hemos encontrado más relajada y animada. Ella nos dice que es muy posible que esta misma semana pueda partir rumbo a España. No podemos facilitar más información pues la conversación telefónica se corta.

Como no las tenemos todas consigo, o sea que no nos fiamos mucho, recomendamos seguir firmando la carta dirigida al secretario general de la ONU  en la que se pide la libertad de la activista guineana.