los-reyes-catolicos-toman-granadaEspaña
Manuel Funes Robert (6/1/2014)
El dos de enero de 1492 los Reyes Católicos reciben las llaves de Granada de Boabdil «el Desdichado», diciendo «Mucho te quiere Dios, toma las llaves de este paraíso». Isabel responde «lo que la suerte te quite, te lo resarcirá nuestra amistad».

En consecuencia se le asigna en propiedad las Alpujarras a título de rey. Conviene estudiar los términos, favorables en principio para los árabes derrotados. En las capitulaciones, no se les obliga a convertirse al cristianismo y tampoco pueden ser enrolados al ejercito contra su voluntad, y la justicia se administrará según sus costumbres. Dura esto poco por la presión de Cisneros diciendo que la unidad territorial queda muy debilitada al faltar la unidad religiosa. Cabe recordar que después de la batalla de las Navas de Tolosa, que tiene lugar el 13 de julio de 1212, pasa a manos cristianas la mayor parte de Andalucía, es decir, Jaén, Córdoba y Sevilla, con la consiguiente emigración de la población árabe al único bastión que les queda que es Granada. Esta batalla fue bendecida por una bula pontificia y contó con apoyos cristianos del centro y el norte de Europa aunque estos se retiraron con la excusa del calor.

En lugar de convertirse esta emigración en un esfuerzo, se convierte en causa de debilitación porque los nobles árabes recién llegados entran en guerras continuas con los nobles granadinos. Y a nosotros nos obsequian con uno de los mejores romances, el de «EL MORO TARFE», cuyas líneas finales incluimos por su inusual hermosura.

(.. sal a ver si te defiendes, como en el Alhambra agravias
Y si no osas salir solo, como lo está el que te aguarda, alguno de tus amigos para que te
ayuden saca
Que los buenos caballeros, no en palacio ni entre damas
se aprovechan de las la lengua, pues es do las manos callan
Pero aquí hablan las manos, sal y verás como hablan las que delante del rey por su
respeto callaban)

En términos parecidos se repitió con los mismos resultados la batalla de Bailen cuando el general Dupont le entrega la espada al general Castaños: «ahí teneos una espada triunfadora en cien combates», siendo replicado por el español diciendo que esa es su primera victoria.

De este modo finaliza la Reconquista; se consigue la unidad de España y culmina este afortunado año en el descubrimiento de América y el cambio que los dos hechos históricos supusieron no solo para la gesta hispana sino para la civilización occidental.

La conquista de América, la expansión de nuestra cultura por aquel basto continente continúan en la actualidad dando sus frutos en toda Iberoamérica.

Conviene recordarlo en estos momentos en los que el futuro de España como nación está cuestionado, para en todo caso tener presente que lo que nadie podrá quitarla es su aportación eterna a la Humanidad.