España/Internacional
espacioseuropeos (23/10/2015)
El pasado lunes, las maniobras Trident Juncture de la OTAN, que durarán tres semanas -las más importantes desde 2012- dieron comienzo en Italia, España y Portugal. Un ejercicio de fuerza que pretende demostrar que la organización atlántica está en condiciones de “defender a cualquier aliado de cualquier amenaza», según dejó escrito en Twitter el vicesecretario general Alexander Vershbow.
Las maniobras comenzaron en la base aérea de Trapani (Sicilia), y allí Vershbow dijo que la OTAN afronta «un cambio rápido en la seguridad, mucho más inestable y potencialmente más peligrosa» que la pasada guerra fría. Y así lo vio el exembajador: «En el este, Rusia anexionó ilegalmente Crimea, sigue apoyando a los separatistas en el este de Ucrania y ahora parece haber entrado en la guerra de Siria del lado de El Asad”.
Cerca de 40.000 soldados, 130 aviones, 16 helicópteros, 60 buques de guerra y submarinos, participan en este ejercicio bélico. Una parte importante de los “escenarios” de estas maniobras se van a llevar a cabo en España, donde el Ejército de Estados Unidos tiene ya una base en propiedad, “permanente”, en Morón de la Frontera.
La base aérea de Zaragoza y el Centro de Adiestramiento de San Gregorio; la base aérea de Albacete y Centro de Adiestramiento de Chinchilla; la base de Torrejón de Ardoz, en Madrid; la base aérea de Son San Juan (Palma de Mallorca); el Centro de Adiestramiento de la Sierra de Retín, en Cádiz y en Almería, el campo de maniobras y tiro Álvarez de Sotomayor, son las ubicaciones elegidas para la realización de los supuestos bélicos, según el Ministerio de Defensa de España.
España aporta en estos ejercicios unos 5.000 militares, 93 vehículos blindados, 23 carros de combate y seis helicópteros. La Armada aporta 2.650 efectivos, 13 buques, cuatro helicópteros y dos aviones. Por su parte el Ejército del Aire dispone de 500 efectivos, 29 aviones y dos helicópteros.
Estas maniobras se llevan a cabo con escaso, o nulo, conocimiento de la ciudadanía, ya que la información ha sido más bien escasa. No se sabe a ciencia cierta el costo que va a suponer a las arcas españolas, ni los posibles peligros ya que la mayoría de los ejercicios se hacen con fuego real.
Estas maniobras confirman la importancia que España ha adquirido para la política exterior de Estados Unidos, a la vez que nos sitúa en primera línea como objetivo de radicales. La barrera antimisiles, instalada en Andalucía, la “base permanente” de Morón de la Frontera y otras instalaciones estadounidenses, repartidas por el territorio español, nos colocan en una posición nada envidiable. Eso, sin contar con el escaso respaldo social que tanto la OTAN como la presencia de militares de Estados Unidos suscitan entre la población española. Por no hablar de la pérdida de soberanía.