Concentración ante la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid, el 12 de mayo de 2017.

Mi Columna
Eugenio Pordomingo
(15/5/2017)
El Confidencial de Guinea Ecuatorial, órgano del Partido del Progreso que lidera Severo Moto, convocó a concentrarse frente a la Embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid. La convocatoria era para el viernes día 12 a las 12.00 horas, pero sea por la lluvia o debido a “las grandes dificultades que nos impone el ignominioso exilio que padecemos”–como afirma ese medio-, o por otras razones, el caso es que la asistencia de guineanos fue, lamentablemente, minoritaria. Y la de españoles, exigua.

El Partido del Progreso afirma que era su deber convocar esa concentración de protesta, a pesar del escaso éxito obtenido.  Los concentrados frente a la sede diplomática guineana permanecieron unas dos horas. Los eslóganes más repetido fueron “El exilio con los taxistas de Malabo” –que llevan varios días en huelga- y por “La  primavera estudiantil en Guinea”.

Desconozco con exactitud si antes de esa convocatoria los opositores guineanos afincados en España, o Europa, llegaron a un acuerdo sobre los pormenores de la misma. Si los opositores debatieron sobre ello y hubo acuerdo, el resultado ha sido un estrepitoso fracaso. Si no hubo consenso sobre la idoneidad de su convocatoria, otro tremendo fracaso.

Los esfuerzos, que son muchos, que la oposición guineana lleva haciendo desde hace muchos años por acabar con la dictadura de Teodoro Obiang Nguema, chocan con los resultados obtenidos. En ese devenir, en ese peligrosísimo caminar, han sido muchos los torturados, muchos los que han padecido cárcel y muerte, y muchos los que se han visto obligados a abandonar la lucha por una y mil razones. La diáspora guineana es una muestra de esa lucha.

Pero ya no valen las disculpas, cargando tropiezos y errores sobre las espaldas de los medios de comunicación españoles, las de los políticos o sobre los anchos lomos de los Gobiernos Españoles.  Ni tampoco sobre la Materia Reservada. Menos aún sirve el refugiarse en propalar, de forma reiterativa, cansina y monocorde, lo “malo” que es el dictador y las atrocidades que comete.

En cualquier caso, parece urgente que la oposición reflexione, por separado y en conjunto, pero en serio y tomándose el tiempo necesario, sobre este hecho –fracaso de la convocatoria a la concentración ante la embajada-, que en sí no tiene demasiada importancia, pero evidencia, sin duda alguna, falta de organización y de unidad de criterio. En esto, en la organización, unidad de criterio y de acción, es en lo que hay que profundizar.

Más de una vez, desde esta Columna, desde la Tertulia Espacios Europeos y desde Espacios Europeos, hemos tratado de aportar nuestro granito de arena y modesta experiencia para que la libertad, el reparto de la riqueza y  la democracia anidaran para siempre en Guinea Española. Pero la tarea ha sido como predicar en el desierto. A cambio solo hemos recibido desdén y menosprecio.

Así no, amigos guineanos, así no.