Obiang  Nguema en la entrega de los Premios Internacionales UNESCO. Guinea Ecuatorial.

Mi Columna
Eugenio Pordomingo (31/3/2018)
El viernes pasado, 30 de marzo, se celebró la egregia entrega de premios de la IV edición de los galardones otorgados dentro del Premio Internacional-UNESCO Guinea Ecuatorial 2018 de Investigación en Ciencias de la Vida. Manda carallo, como dicen en Galicia.

El acto se celebró en el suntuoso Palacio de Conferencias de Sipopo, en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, lógicamente, para mayor gloria y boato, fue presidido por el mismísimo Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.

Tras la proyección de un vídeo “histórico del premio”  -según informa la página de internet del Gobierno de Guinea Ecuatorial- sobre los augustos premiados en las tres ediciones anteriores, y los consabidos, cansinos, laudatorios y agotadores discursos de las ¿autoridades? guineanas, la directora general de la deteriorada, maltrecha y maltratada UNESCO, Audrey Azoluay, soltó unas palabritas al respecto.

Los premiados en esta ocasión fueron el investigador portugués Rui Luis Gonçalves Dos Reis, el profesor Ivan Antonio Izquierdo de Brasil, y la Organización para la Investigación Agrícola, Centro Volcani de Israel. Desconocemos las razones, pero éste último premio no fue recogido ni tuvo representación alguna.

El Premio Internacional-UNESCO Guinea Ecuatorial 2018 de Investigación en Ciencias de la Vida se creó, a instancias, presiones y dádivas del presidente-dictador, Teodoro Obiang Nguema, durante el mandato de la política búlgara, Irina Georgieva Bokova. La creación de este “premio” fue muy cuestionada por asociaciones internacionales de Derechos Humanos, por la oposición guineana y por este digital, pero al final el dinero y el Poder (van unidos) lo pueden casi  todo. A Bokova le tocó la “bolita de la suerte”  y consiguió estar dos mandatos en tal importante y bien remunerado puesto. Su paso por el Parlamento de Bulgaria le permitió mostrarse partidaria de la UE y, sobre todo de la OTAN, y de ahí a cargos institucionales en Europa en dos días.

Pero hay más –a un servidor no le extraña ya nada-, Bokova recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, que le otorgó el Consejo de Ministros el 3 de noviembre de 2017. Ese galardón premia la “distinción o la prestación de destacados servicios en los campos de la educación, la ciencia, la cultura, la docencia y la investigación”. Lo de haber accedido a las pretensiones de Obiang Nguema para la creación de SU premio parece ser que fue un peldaño más en su carrera política.

Ya se sabe, Roma no paga traidores, pero la Unión Europea, la OTAN y, sobre todo España, saben cómo premiar a aquellos y aquellas que les sirven bien. No importa su vida anterior, sólo se premian los servicios al Poder. Y punto. En este caso, y de paso, se le agradecieron los servicios prestado a la Glorificación del dictador Obiang Nguema.

No estaría mal que la socialista francesa Audrey Azoluay, reconsiderará ese premio UNESCO-Obiang, y le diera carpetazo.

Y no estaría de más, que el Intergrupo Parlamentario de Amigos de Guinea Ecuatorial hiciera algo, pero mucho me temo que no moverá ficha.